“Papá yo quiero jugar, quiero entrar”.
Es 28 de julio de 2019 y el acto patriótico de la familia Sousa Guzmán fue ponerse la camiseta de la selección peruana e ir a alentar al equipo femenino en su debut histórico en los Panamericanos. El frío limeño penetra los huesos y se siente como si Lima fuera el centro de la Antártida, pero eso a ellos, y a los 8 mil 615 hinchas más llegaron al Estadio San Marcos, poco les importa. Mucho menos a la pequeña Arianna de ocho años, quien no duda en expresarle sus deseos a su padre Piero de saltar al campo y ayudar al elenco de Doriva Bueno a revertir el 3-0 frente a Argentina. La derrota no quita la alegría que se vive en las gradas, tampoco el sueño de Arianna de algún día defender a la blanquirroja en un campo de fútbol. Todo lo contrario, lo refuerza.
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Han pasado dos años, Arianna tiene diez y hace unas semanas le llegó el regalo navideño que quizá nunca pidió, pero que siempre añoró. La futbolista Marisella Joya publicó en su cuenta de Twitter un video de ella atajando. “Una crack esta arquerita desde tan pequeña. Ojalá sus padres la sigan apoyando, es un futurazo para el Perú”, fue el texto que acompañó el clip. Y en cuestión de minutos se hizo viral. Hoy tiene 1.163 retweets, 264 tweets citados, 7.146 me gusta y cientos de comentarios alabando su destreza bajo los tres palos.
Una crack esta arquerita desde tan pequeña 🧤⚽️ se llama Ariana 🥰 ojalá sus padres la sigan apoyando 💪🏽 es un futurazo para el Perú 🇵🇪 pic.twitter.com/iH5wHgBEmo
— Marisella Joya ⚽️💃🏾 (@marisella_joya) December 13, 2021
“En la Costa Verde había un campeonato de Fútbol 7 de mujeres. Fui a ver a una amiga. Ya estando ahí me di cuenta que había un torneo de menores y como siempre me pasa, cuando ves a una niña jugando con niños te llama la atención. Incluso había un equipo donde había dos niñas. De pronto veo a Arianna tapando. Mi primera impresión fue de bueno, la han puesto a tapar porque no juega mucho. Pero veo bien una atajada que hizo, que se lanzó y ahí me llamó la atención. Me puse a ver y decidí grabarla”, nos cuenta Joya sobre cómo se gestó el vídeo que ha catapultado a Arianna a una especie de vitrina que muestra su talento innato. La vida, a veces, es una serie de casualidades que tienen un propósito.
“En el video no se escucha como ella le hablaba a sus compañeros. Es algo difícil de entender. A esa tan corta edad tener ese desenvolvimiento, esa soltura y ese liderazgo para jugar en esa posición (de portera) y con niños. Me quedé impactada”, agrega Marisella. “Salió a mi. Es empoderada, fuerte de carácter. No le gusta perder y en la posición que le ponen, ella da lo último. En un día jugó dos campeonatos. Con el sol que hubo le salieron ampollas y yo le dije que ya no juegue, me respondió que igual lo haría”, acota Ana María Guzmán, la madre de Arianna.
Un domingo antes de que se convirtiera -sin saberlo- en tendencia en Twitter, la mayor de los Sousa Guzmán no iba a jugar. Y si eso pasaba, quizá ahorita no se estarían escribiendo estas líneas. Fue a ver a su hermano Máximo César, de ocho años, pero su equipo no estuvo completo. Así que la profesora, que también la conoce, le pidió que se pare bajo los tres palos. “Fue la sensación, pese a que perdieron”, afirma orgulloso don Piero, ingeniero de profesión y uno de los primeros entrenadores de Arianna. A la siguiente semana ya era dueña del arco y fue preparada. Ahí su camino se cruzó con el de Marisella Joya.
“Ha sido un boom -señala Piero Sousa-. Después del video se ha hecho bastante conocida. La han venido a visitar futbolistas, le han hecho regalos de diversas marcas y centros de alto rendimiento la han becado”, nos cuenta. La propia Joya y Adriana Dávila de César Vallejo, Silvana Alfaro de Racing Club de Argentina y Maryory Sánchez de Alianza Lima han ido a verla. De hecho, la portera aliancista ya tuvo un par de entrenamientos con la pequeña en un centro de alto rendimiento.
“Apenas la vi me di cuenta que no era una niña más que juega al fútbol, sino alguien que tiene muchísimo talento. Y lo puedes ver en un corte de un minuto. Como le dije al papá y a ella misma: a la corta edad tiene cosas técnicas que no se lo ves a cualquiera. Y no es que alguien se lo haya enseñado, es natural”, nos dice Alfaro, la portera peruano que tiene contrato en Racing hasta 2023 y espera partir al fútbol europeo. Su presencia fuera del país, su rendimiento destacado en otro fútbol, también es un paso importante para el deporte en el Perú.
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Talento innato, un beneficio colateral
Arianna nació en Magdalena, pero las calles de San Borja fueron su mejor campo de fútbol. Un objeto redondo, sea un balón de cuero o incluso una bola hecha artesanalmente con pedazos de papel, era su mejor juguete. “Desde siempre le ha gustado el fútbol y desde muy pequeña le vimos bastantes cualidades. Cuando jugábamos a pases, ella me la daba al pie, no a un costado. Y tenía tres años. Me alejaba un poco más y volvía a dármela al pie. Tenía destreza de la nada, como que innato”, recuerda Piero Sousa. El amor por el balompié corre por sus venas. Piero siempre jugó. Integró la selección de su colegio y la facultad. De delantero y arquero.
“Ella siempre me decía que quería jugar al fútbol. Le preguntábamos si quería una muñeca y nos respondía que no. Incluso tiene sus muñecas guardadas, nuevecitas, y como 20 pelotas en la casa”, agrega.
Arianna estudia en el Colegio San Agustín. Desde los cinco años pidió ingresar al programa formativo de la escuela que se llamaba “Deporte libre”, aunque en fútbol solo habían puros niños. “Inscríbeme, papá”, le pedía a su progenitor. “Pero son de hombres”, le respondía. “No importa, yo quiero jugar”, replicaba la pequeña. Tenía cinco años y era mejor que muchos. Por eso nada impedía que fuera parte de la delegación que jugaba los torneos interescolares, pese a ser la única mujer. Su talento, sin saberlo, ocasionó que otras niñas sigan su ejemplo y pidan un balón como regalo. Ahora el programa “Deporte libre” sí tiene niños y niñas.
Admiradora de Cristiano Ronaldo, Arianna a su corta edad sabe que nada se consigue sin esfuerzo. Por eso pidió ingresar a una academia. Idea también de su madre Ana María, quien al ver que su adorada hija sufre golpes jugando contra niños, pidió que se matricule en una academia de mujeres. La Academia LF7 de Sisy Quiroz, jefa del equipo femenino de Alianza Lima, fue la elegida. Ahora Sisy prometió llevarse a Arianna a la sub 12 del vigente campeón del fútbol peruano.
“Fui a los Panamericanos y a Perú no le fue tan bien. Y yo quiero llevarlo a un Mundial”, nos afirma con la ternura de una niña soñadora de diez años y la certeza de una pequeña genio que hasta ya eligió la carrera que estudiará (Ingeniería de Software), Arianna. Sus ídolos son Yotún y Tapia, prefiere más jugar que tapar, pero más allá de eso, dice: “Estoy feliz, pero siempre con calma, como dice mi papá”.
“Siempre con calma, como dice mi papá”. La frase refleja la educación que Piero y Ana María inculcan en Arianna y su hermano Máximo César. “Nuestro consejo como papás es que los estudios son primero. Cuando hay estudios, hay rendimiento en la escuela, lo otro es complementario. Eso es lo que establecemos como regla. Ella tiene que rendir en la escuela para que pueda practicar”, dice Sousa.
Así como las futbolistas que hoy tienen más visibilidad en el Perú, Arianna con su talento también aporta un granito de arena. Y sus padres, siendo sus primeros hinchas y apoyando lo que le gusta, mucho más. No hay barreras para los Sousa Guzmán, que ahora sueñan con tener una futbolista profesional en la familia.
Futuro prometedor
El video publicado por Marisella Joya llamó la atención de miles de cibernautas, pero también despertó el interés de diversas academias. La propia Joya pidió llevársela al club César Vallejo. Cantolao fue en busca de ella. Pero la que ganó la pulseada ha sido Sisy Quiroz, quien a partir de enero prometió hacerla parte de Alianza Lima. Sisy, una de las gestoras del crecimiento del fútbol femenino en el país, la conoce desde pequeña. Sabe más que nadie su potencial y lo que puede rendir. Y Alianza, hoy por hoy, es el mejor club del país.
“En enero ya estaría formando parte del equipo. Es lo que nos han indicado hasta ahora. Estamos muy ilusionados porque la familia es aliancista, somos hinchas. A Arianna también le gustaba Cristal, pero bueno, ya ella decidirá en el futuro”, dice Piero Sousa.
“Es una crack y para mí tiene un futurazo. Yo a su edad todavía no tenía esos gestos técnicos que ella tiene. Yo los tuve que aprender”, afirma Silvana Alfaro como advirtiendo que estamos ante una pequeña futbolista con un futuro prometedor y que no dejemos que se pierda en el camino.
La generación de Marisella Joya, según nos cuenta ella misma, tenía muchas barreras. “Incluso conozco amigas que se vestían de hombres para poder jugar”. Hoy, Arianna refresca la ilusión de que las cosas están mejorando. Verla jugar, con sus padres en la tribuna, y otras niñas también hacerlo, es un indicativo que el fútbol femenino en el Perú está camino a no ser un deporte discriminado. El camino es largo, pero quién sabe y Arianna, y las de su generación, nos lleven a un Mundial en un futuro.
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