Paolo Guerrero tenía 14 años cuando un club peruano intentó construir un equipo alrededor de un jugador emblema. Apoyado por la América Televisión de los Crousillat, Deportivo Municipal contrató a Raúl Maradona, mejor conocido como Lalo, en 1998. Con Roberto Martínez, el ghanés Prince Amoako y el argentino Fernando Calcaterra intentó dar un golpe sobre la mesa en la década en que Universitario, Alianza y Cristal se repartían los títulos y el calor de la hinchada.