Tiburones Rojos de Veracruz, equipo con aroma peruano

Antes de alcanzar el podio en el balompié azteca, Tiburones Rojos de Veracruz ya estaba dando señales de ser un plantel dominante en el mundo del goleo. Y, ese abanderado era un peruano que sentía el puerto de Veracruz como si fuera el del Callao. Este compatriota se llamaba Carlos Valdivia y fue uno de los primeros que emigró a México para buscar suerte.

Mismo caso fue el de Rufino Lecca. Un mediocampista que lució un juego elegante y preciso en el Telmo Carbajo y Sport Boys. Su rendimiento era estable y por tal motivo recaló en Tiburones Rojos de Veracruz. Todo ello se vio recompensado siendo el primer peruano campeón en la historia del torneo charro con los 'Escualos'.

Gracias a él, el camino para que los peruanos lleguen hacia Veracruz se hizo mucho más amplio. El siguiente forastero blanquirrojo que partió rumbo a "El Tibu" fue el querido y respetado Grimaldo González. Su capacidad goleadora resistió tres torneos: 1948 - 1949 / 1949 - 1950 / 1950 - 1951. En total registró 37 goles y se posiciona en el undécimo lugar de artilleros históricos de los Tiburones Rojos de Veracruz.

González también se adjudicó con el título de la Copa México de 1947 - 1948 junto con Rufino Lecca. Sin embargo, ninguno de estos jugadores en mención logró compararse con el legendario Julio Ayllón. Uno de los ídolos más amados en Tiburones Rojos de Veracruz.

"El Negro Aparicio" - apelativo con el que era reconocido en México - solo estuvo una temporada y bastó para que entre en los corazones de los aficionados. Fue en la edición 1949 - 1950, la última en donde fueron campeones. Firmó una campaña excelente. Ocupó el primer lugar en la tabla de goleo con 30 anotaciones. Lo más sorprendente era que solo se jugaban 25 cotejos. Su récord es hasta ahora insuperable en el equipo. 

Esa fue la época dorada de los Tiburones Rojos de Veracruz. En adelante dieron tumbos. Desaparecieron. Resurgieron. Ganaron y perdieron, pero no volvieron a ser los tenebrosos del puerto y de México. Intentaron recurrir a las raíces del Perú fichando al volante Jesús Peláez Miranda. Duró seis temporadas. No fue lo mismo.

En 1975 optaron, una vez más, por elegir a un conjunto de peruanos para que saquen a los Tiburones Rojos de Veracruz del hoyo despreciable del olvido. La estructura cambió drásticamente. Iniciaron con el entrenador. Llegó Walter Ormeño. Un ex portero que pasó los mejores momentos de su carrera en el país de los tacos y tequilas.

Desde que pisó tierra firme tuvo confrontaciones con la dirigencia. No es para menos. Sus primeras palabras fueron un maremoto que alteró el ya convulsionado clima del elenco tiburón. "Conmigo ha llegado el fútbol a Veracruz".

Posteriormente llevó a sus connacionales José Goyzueta (arquero), José Del Castillo (mediocampista), Juan Carlos Oblitas (extremo izquierdo) y Eladio Reyes (delantero). Todos participaron en 1975 - 1976. Solo pudo brillar 'El Ciego'. Al final, Ormeño terminó de lado.

En adelante, Tiburones Rojos de Veracruz no recurrió al mercado peruano (salvo Miguel Company como estratega en 1993). Hoy, es el turno de Pedro Gallese. Nuestro guardameta nacional tiene su primera aventura en el exterior. Bueno, con este recuento, el ex Juan Aurich podría decir que se sentirá como en casa. La pelota no estará en su cancha. Estará en sus manos.  

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