El aquarunning, como su nombre lo indica, no es otra cosa que correr dentro del agua. Inicialmente fue concebido como una actividad destinada a la rehabilitación, pero hoy en día forma parte esencial de un nuevo sistema de entrenamiento de muchos corredores de élite. Acorde al libro “Running Science”, es excelente porque:
• Replica la forma de correr pero sin impacto. El aquarunning replica casi el 100% del desplazamiento de carrera, con la salvedad que el agua elimina el impacto articular, por lo tanto, se reduce la tensión en los músculos y los tejidos conectivos. Además, los patrones específicos neuromusculares del running se conservan y se mantiene la fuerza específica de la carrera.
• Mayor desarrollo muscular. Los ejercicios acuáticos permiten trabajar en simultáneo los músculos agonistas y antagonistas, por ejemplo, trabajaremos de forma equilibrada los bíceps-tríceps, cuádriceps-isquiotibiales y abdominales-espinales. A la par, evitaremos la sobrecarga y el estrés muscular y reduciremos el riesgo de lesión.
• Promueve la flexibilidad. Comparado con correr sobre terreno firme, el agua aporta mayor flexibilidad y movilidad dinámica, dos áreas poco atendidas entre los corredores.
• Ofrece un ejercicio de alta intensidad. Correr 15 minutos en el agua es equivalente a correr 1 hora sobre asfalto. El aquarunning te ofrece el gran beneficio de desarrollar más resistencia aeróbica en menos tiempo.
La ciencia a favor del aquarunning
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Toledo en Ohio exploró los efectos del aquarunning en una performance de 5k utilizando cintas de correr bajo el agua, 11 corredores sumamente capacitados (10 hombres y una mujer) entrenaron únicamente sobre agua profunda por un periodo de 4 semanas, realizando de 5 a 6 ejercicios por semana. Estos atletas conservaron su promedio de 5k alrededor de los 19 minutos, así como su VO2 máx y economía de carrera, incluso sin llegar a completar el 100% de los ejercicios durante las 4 semanas que duró el estudio.
Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Montana hizo seguimiento a 8 deportistas de cross country, quienes corrieron en una cinta de correr y en una piscina profesional, obteniendo 60% y 80% de frecuencia cardiaca, respectivamente; valores relacionados con el VO2 Max, el consumo de oxígeno, la ventilación y el gasto energético. La clave de la diferencia fisiológica consistió en que estos atletas quemaron más carbohidratos y utilizaron menos grasa para obtener energía cuando corrieron sumergidos en el agua.
Toma en cuenta lo siguiente
1. Utiliza un cinturón de espuma o un chaleco para lograr una postura correcta y poder flotar.
2. Es importante estar relajados y adoptar una postura de carrera. Mantén recto el tronco y los hombros fuera o justo a la altura de la piscina.
3. Practícalo en la zona más profunda, donde los pies no toquen fondo, porque el gesto de la zancada tiene lo harás en suspensión.
4. De preferencia, hazlo en una piscina que tenga entre 20 y 40 metros de largo.
5. Puede ser practicado todos los días, ya que no se producen impactos, no existe contraindicaciones en cuanto a la carga.
6. El tiempo de duración dependerá del nivel del corredor, pero se estipula entre 30 y 45 minutos.
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