Marco Quilca León

“¿Llegaré a ser futbolista?”, le pregunta André Carrillo a su papá, mientras se dirigen a Matute para los entrenamientos. Don Alex, policía de profesión, lo mira y sonríe. Confía más en su hijo que su propio hijo. Categoría 91 de Alianza Lima, André no estaba seguro de su futuro pateando un balón. “Pasa que en mi club era uno más, no era muy destacado. Estaban Olascuaga, Bazán, Diago Portugal, Jack Durán. Yo ahí no pintaba”, confesó a Somos luego de contar que estudió administración hotelera en el Instituto CEPEA por seis meses antes de firmar su primer contrato profesional con los blanquiazules, allá por el 2009.