Si hay una palabra para graficar lo que se vivió en la presentación de Jorge Fossati, esa es alegría. El buen humor del técnico uruguayo, la complicidad que ha nacido con Juan Carlos Oblitas y la tranquilidad de una prensa que sabe que el CV del uruguayo garantiza un buen proceso se suman para que nuevos aires corran por la Videna. Y más allá de los desprolijo, como reconoció el mismo Oblitas, que se dio su llegada, hoy la selección peruana parece estar en buenas manos, en un hombre creyente y que confía en lo que hace por encima de todo.
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Es inteligente Fossati al marcar distancia. “Voy a hablar de enero hacia acá”, dice, en referencia a que quiere evitar cualquier tipo de comparaciones con los procesos anteriores, desde el exitoso de Gareca hasta el malo de Reynoso. Y tampoco juzga. Sabe que a este nivel, los resultados son impredecibles ya que no solo depende de una sola persona, en referencia al anterior entrenador.
Y tendrá que remontar Fossati, y lo sabe. Y sabe de los condicionantes como el poco tiempo de trabajo, el universo peruano de jugadores y lo problemas en la Liga 1. Pero el uruguayo hace énfasis. “A mi me llamaron para la selección”, asegura cuando se le pregunta por todo lo que hay que arreglar en nuestro deporte. Su objetivo apunta a “llegar bien a las Eliminatorias de setiembre”, previo paso por la Copa América, otra tarea relevante.
Salir del último lugar es el primer paso, pero el profesor fue claro. “No prometo resultados, prometo dejar el alma”. Con esa frase dijo todo sobre lo que viene para él. Y hasta bromeó con su vínculo con el país: en Uruguay su dirección e Rambla con República de Perú.
El entrenador empezó agradeciendo el apoyo que recibió en Universitario durante su estadía en el cuadro crema. Salió campeón.
—En el campo—
Según comentó él mismo, están evaluando con los directivos de poder viajar a visitar a los jugadores que juegan en el exterior, aunque también considera importante sentare a hablar con los jugadores locales, acompañar a la selección Sub 23 que desde el 20 de este mes juega el Preolímpico y estar en los estadios viendo los partido de la Liga 1. En los próximos días se tendrá más claro su planificación respecto a estos eventos.
Trabajará con el mismo comando técnico de Universitario, con Sebastián Avellino, Leonardo Martins y Gonzalo Gutiérrez a su lado. Con la directiva están buscando al preparador de arqueros y es posible que se sume un asistente nacional, pero todavía no está definido. De igual forma, falta conformar el cuerpo de trabajo total, desde los analistas hasta los scout en la federación.
Aceptó que buscará de jugar con el 3-5-2 que usó en Universitario y que buscará los jugadores adecuados para hacerlo.
Lo que buscará Fossati es convencer a la Bicolor de sus ideas. Su experiencia servirá para convencer a los jugadores de los cambios que tiene pensado como plantear el sistema con tres zagueros - “la línea de tres es la que me gusta”-, de que el arquero no sea capitán -Gallese dejaría de llevar la cinta-, la que todos tienen las puertas abiertas, nacidos y nacionalizado, juveniles y veteranos.
Aseguró que si bien no le han confirmado a los rivales que Perú tendrá en marzo, aseguró que no le quita el sueño jugar con rivales como Italia, sino que prefiere rivales parecidos a los que se tienen en Sudamérica, contra quienes compite por un lugar en el mundial. Guatemala es la otra opción para el segundo encuentro.
“Le vamos a pasar las ideas de lo que estamos convencidos”, dice de lo que viene con la selección y cómo él mismo lo recalca, en su amplia experiencia son sus convicciones los que le han dado resultados. Ahora los mostrará en la selección.
Desde el sistema 3-5-2 y cambiar de capitanía porque no es de la idea de que un portero lleve la cinta. Son ideas que siempre tiene y se las presenta a sus jugadores convencido que es lo que va a funcionar.