Marco Quilca León

Ocho procesos eliminatorios tirados al tacho. Treinta y seis años perdidos. Todo eso cambió el 2 de marzo de 2015. “El honor es mío”, empezó diciendo Ricardo Gareca aquel día en el que fue presentado como nuevo técnico de la selección peruana. Pasaron siete años, seis presidentes, una crisis sin precedentes, y el ‘Tigre’ se mantuvo en su puesto revolucionando las estadísticas de la Bicolor, devolviendo -al menos por un momento- la alegría al pueblo peruano. Con ciencia y poesía. Con un comando técnico ultra profesional que cuida al milímetro los detalles y su fe en el talento natural del futbolista local. De los Cuevas y Carrillos.