El expresidente Alejandro Toledo fue condenado a 20 años y medio de prisión al ser hallado culpable de los delitos de colusión y lavado de activos en octubre pasado. (Foto: Poder Judicial)
El expresidente Alejandro Toledo fue condenado a 20 años y medio de prisión al ser hallado culpable de los delitos de colusión y lavado de activos en octubre pasado. (Foto: Poder Judicial)

Antes de ser un meme, fue una promesa política respetable. Su autodestrucción ocurrió paso a paso, en una secuencia que el país ha seguido casi en tiempo real. De economista chancón en los sets dominicales, pasó a ser el candidato antifujimorista que canalizó la esperanza democrática en el año 2000. De niño de Cabana becado en Stanford, llegó a la presidencia con una gestión estable y una vida personal caótica. De líder reformista, terminó envuelto en escándalos de corrupción: coimas de Odebrecht, lavado de activos en el caso Ecoteva. De fugitivo VIP en Palo Alto, fue finalmente extraditado al Perú. Hoy está en la cárcel.

Preso en Barbadillo, vecino de Castillo y Humala, Toledo insiste en victimizarse y ha solicitado pasar su condena —20 años por corrupción— en arresto domiciliario, amparado en la nueva ley para mayores de 80. describe la clara respuesta del juez: no.

El hombre que hace 25 años simbolizaba el inicio de una nueva etapa política solo sale de la cárcel en memes. La autodestrucción, por ahora, seguirá siendo en Barbadillo.

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