El 28 de octubre la compañía de Mark Zuckerberg, Facebook, anunció el cambio de nombre a Meta. Esto claramente responde a un ajuste en la estrategia de negocio de la marca que, como todo cambio, siempre genera diferentes reacciones.
Si hablamos de etimología, la palabra Meta significa “después o más allá” y Verso o Verse (esto es una interpretación) puede hacer referencia a la forma en que se construyen las palabras en una unidad, que podría ser un párrafo, poema, el cual posee ritmo y cadencia. O también, al universo (universe) que pretenden crear para poder establecer esas nuevas conexiones sociales.
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Eso es atrevido, pero cuando uno se atreve pues genera disrupciones a todo nivel, no solo en la compañía, sino en el mercado y finalmente en el mundo. Y este conglomerado de marcas poderosas, ciertamente lo va a hacer. Entre los aspectos positivos del cambio, resalta el preservar las sólidas marcas, previamente adquiridas, como Facebook, Instagram, WhatsApp, Oculus, LiveRail, Threadsy, entre otras. Además, la empresa busca mostrar un camino claro, o al menos una visión, sobre el propósito de la marca Meta, que por cierto está en proceso de construcción para definir lo que serán las nuevas formas de relaciones humanas en un futuro.
Por otro lado, la incertidumbre por la modificación del nombre genera impactos en el precio no solo de las acciones de la compañía, sino en el futuro que le espera a Facebook y a la nueva marca Meta que la contiene.
De otro lado, en los temas vinculados al nombre de marca, podemos decir que es una raíz griega genérica, por lo tanto, traerá más de un problema legal, porque existen marcas con esa denominación en otras partes del mundo y más de una empresa querrá reclamar su propiedad o autoría intelectual.
Sin embargo, más allá de los diferentes aspectos a favor o en contra, rescato algo interesante del concepto central que hace referencia a la construcción de ese “Metaverso”, el cual se constituye como aquel espacio futuro o ecosistema digital, donde se entablarán las relaciones humanas.
Y es que reconfigurará probablemente nuestras formas y maneras de socialización, explorando nuevos horizontes y seguramente, también, articulando aquellas marcas que como Instagram, WhatsApp o Facebook han venido desarrollando comunidades o sociedades en sus complejas estructuras de relación, a través de diversos recursos como vídeos, mensajería en tiempo real, textos escritos, grupos o comunidades de amigos, familiares, entre otros tantos recursos y funcionalidades disponibles que albergan cada una de las marcas adquiridas.
Considero interesante que las adquisiciones han llevado a la constitución de Meta, como el inicio de una articulación perfecta de ese nuevo espacio de relaciones humanas. El reto estará en cómo se desprenderán de las marcas ya compradas por la compañía o de qué manera estás quedarán inmersas en el universo del nuevo Meta.
Finalmente, creo que Facebook con este cambio de estrategia en el negocio está intentando, con mucha ambición, dar inicio al proceso de construcción de una nueva categoría o espacio dimensional que nos moverá a redefinir nuestras formas de socialización, lo cual estará por verse a futuro.
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