103 años han transcurrido desde que la Clínica Anglo Americana (otrora British American Hospital) inició su periplo en el Perú, implementando “una serie de reformas que no existían en su momento”, apunta Gonzalo Garrido Lecca, gerente general de la centenaria institución, con quien conversamos en esta entrevista.
— ¿Cómo se funda la clínica Anglo Americana?
La clínica fue concebida con la idea de atender exclusivamente a la comunidad empresarial angloparlante, toda vez que en esa época no había aviones y el viaje en barco podían demorar un mes hasta EE.UU. Por eso, pusieron la sede en el Callao (1921), porque lo consideraban un lugar estratégico.
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— ¿Quiénes iniciaron la clínica específicamente?
La comunidad inglesa y norteamericana, pero estos se encontraron con que no sabían nada de salud y tuvieron que llamar a una misión episcopal metodista que pasó por el Perú en los años 1920. Ellos fueron quienes se encargaron de desarrollar los planes y la reglamentación para echar a andar el centro hospitalario. Y con ello empezaron una serie de reformas que no existían en ese momento.
— ¿Eso llamó la atención del presidente Leguía, quien fue el primer peruano que se atendió allí?
Así es. Para 1926 la fama de la clínica había crecido mucho, porque los médicos americanos e ingleses que formaban parte de su staff se habían ganado un nombre muy importante, y eso atrae la atención del presidente del Perú en ese momento, que era Augusto B. Leguía, quien se opera en la clínica.
— ¿Eso ocurrió antes de que a clínica se mudará a San Isidro?
Sí. El terremoto de 1940 destruyó el local de Bellavista y nos obligó a mudarnos a San Isidro. En 1942 ya se había terminado de construir la sede que actualmente ocupamos, y se había desarrollado, también, una estrecha relación con varios médicos peruanos, la cual se inició con la atención al presidente Leguía.
— ¿Cuándo se abrió la clínica al accionariado peruano?
En 1950, cuando el doctor Virgil de Vault [quien dirigía la clínica en ese entonces] convoca a cuatro médicos peruanos que habían recibido entrenamiento en el extranjero, entre ellos, mi padre, Guillermo Garrido Lecca. Esa es la razón por la cual la clínica comienza a pasar de manos extranjeras a manos peruanas.
— ¿Ahora todas las acciones están en manos de la familia Garrido Lecca?
En manos peruanas, sí. Yo ostento buena parte de las acciones que se hallan en manos del grupo familiar. Había otros médicos involucrados que llegaron a venderme sus acciones [a inicios de este siglo] y así es como llego a ser el accionista principal.
— ¿Qué hitos cabe rememorar en estos 103 años de historia?
Fuimos la primera clínica privada que utilizó un sistema de emergencias. También fuimos los primeros en implementar la historia clínica única y las unidades de cuidados intensivos. Todo esto contribuyó a que se sigamos destacando en la parte médica y administrativa.
— ¿Cómo sortearon la pandemia de Covid-19?
Ojo que esta fue la primera pandemia para todos nosotros, pero no así para la clínica. Esto, porque en los años 1924 a 1928 se desató en el Perú la gripe española. Esa fue la primera que atendimos, y esta la segunda.
— ¿Qué enseñanzas les dejó esta última pandemia?
Dentro de todo lo malo, llegamos a registrar el indicador con menor letalidad entre todas las clínicas del país. Y eso fue gracias a la técnica que usamos en para evitar los contagios entre el personal y los pacientes. Todo esto siguiendo los consejos más estrictos de la Joint International Comission (JIC).
— ¿Han recuperado ya las cifras financieras de antes de la pandemia?
Es correcto. E n el 2020 ocurre la pandemia, al año siguiente sentimos el golpe económico en los estados financieros, y en el 2022 comenzamos a trepar, pero sin llegar a los números de la pre-pandemia. Recién en el 2023 llegamos a pasar esos números. Esperamos que este año siga nuestro crecimiento, dejando atrás el valle que ocasionó la pandemia.
— ¿Qué proyectos tienen para el futuro? Entiendo que tenían planeado construir un nuevo edificio en San Isidro.
Seguimos con la idea, pero hemos aplazado el inicio de este proyecto para la siguiente década, que es cuando deberíamos empezar a retomar la construcción. La pandemia ha ocasionado que entren a fase de espera todos los planes que teníamos.
— ¿Iban a invertir US$120 millones?
El proyecto completo asciende a US$240 millones.
— ¿Que planean hacer, mientras tanto?
En el corto plazo queremos colocar un centro de imágenes más completo en La Molina. Cosas como esas sí vamos a seguir haciendo. Por ejemplo, no hemos hablado mucho de digitalización, pero, ¡vaya que sí estamos metidos en eso!
— ¿Qué están haciendo en este aspecto?
Ya en 2010 o 2012 habíamos tomado una primera decisión de no ir hacia la construcción de los nuevos edificios, sino invertir en calidad del servicio. Nosotros apostamos primero por la calidad. Ahora estamos haciendo algo similar: hemos aplazado la construcción de las edificaciones, pero, hoy por hoy, estamos dedicados a construir una nueva clínica digital, lo cual no sería nuestro primer esfuerzo.
— ¿De qué proyecto se trata?
Hace ocho años implementamos una historia clínica electrónica, pero que no satisfacía lo que nosotros estábamos buscando. Hoy, estamos muy cerca de lanzar la nueva historia electrónica con estándares internacionales, la cual representará una innovación con respecto a otras que hay en el país.
— ¿Cuándo implementarán esta herramienta?
Debe de ser en el transcurso de este mes, empezando en La Molina. Y va a ser muy importante porque reducirá significativamente los tramites y papeles.