Rafael Figari

La concepción de la actividad minera ha evolucionado en los últimos años. Hoy, el desarrollo de proyectos en el sector requiere de un enfoque integral de sostenibilidad, que responda a las necesidades del planeta y proteja el bienestar, principalmente, de las comunidades y entornos donde se ejecutan.

Establecer este enfoque conlleva una planificación responsable de los proyectos, aspecto trascendental para asegurar su viabilidad. En ese sentido, es importante poner en relieve las acciones que permitan hacer de la minería una actividad sostenible.

Una de estas acciones es el empleo de soluciones innovadoras de ingeniería que permitan hacer más eficientes los procesos mineros en todas sus etapas. Un punto clave es entender que los proyectos mineros son más sostenibles cuando se logra una relación más eficiente entre volumen procesado versus mineral producido, un menor volumen de producción de relaves, un consumo coherente de agua y energía, y un enfoque optimizado del diseño para reducir nuestra huella física.

Otro punto clave es la gestión de la seguridad en el manejo de los residuos y en la disposición de relaves. Ello tiene un doble impacto: en las propias operaciones, al reducir los riesgos para los colaboradores; y en las comunidades donde se opera, al mitigar el impacto ecológico.

Todas estas acciones deben formar parte de diseños concebidos minuciosamente, con medidas que contemplen el manejo ambiental y la mitigación de impacto, tomando siempre en cuenta a los ecosistemas y a las comunidades. Asimismo, deben alinearse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas.

Ahora bien, la sostenibilidad no solo debe enfocarse en las operaciones como tal. Dos aspectos adicionales son: la igualdad de oportunidades laborales y el relacionamiento con las comunidades. Este último es un paso fundamental para que la minería se sostenga en el tiempo. La relación minera-comunidad debe producirse desde las etapas tempranas de las operaciones, con el objetivo de entender las necesidades de las poblaciones y así lograr un real impacto positivo en ellas.

Así, debemos reconocer el esfuerzo del sector por acelerar la transición energética, pero, al mismo tiempo, entender que el mundo se enfrenta a grandes desafíos (cambio climático, escasez de recursos y la pérdida de hábitats y especies), los cuales requieren de una atención urgente y de estrategias sostenibles.

Rafael Figari Earth & Environment Director Perú de Ausenco.