Al año de iniciada una nueva administración, es el momento en que se puede observar con claridad la visión de desarrollo de país planteada; el rumbo y prioridad de las políticas públicas y las posibles reformas a trabajar; y el equipo técnico que liderará esas acciones, ya más afiatado y con conocimiento de la situación del país y de los retos que deberá enfrentar.
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Cuanto más preparado se encuentre un nuevo gobierno, más rápidamente se podrán ver los elementos mencionados y, al año de iniciar un gobierno, se habrá tomado el rumbo establecido y algunas políticas estarán ya en marcha. Lamentablemente, parece que aún estuviésemos en los días iniciales de un nuevo gobierno, donde se sabe poco y la incertidumbre reina.
¿Por qué es importante tener una visión de desarrollo del país? La visión permite plantear objetivos concretos de desarrollo y así poder articular los esfuerzos de los agentes económicos, es decir, de los inversores, las empresas, las organizaciones sociales, la cooperación y los ciudadanos, para alcanzar el bienestar de todos.
Asimismo, algunos de los objetivos deben ser priorizados y lograrse en el corto plazo, mientras que otros requerirán cambios profundos que tomarán tiempo.
Una visión clara de lo que se quiere lograr compromete a los agentes y permite tomar acciones y crear sinergias. Hoy no sabemos con certeza qué se quiere lograr, cuáles son las prioridades y los objetivos de corto y largo plazo. Se habla de cambiar la Constitución, luego se descarta, pero luego vuelve a la agenda.
¿Qué políticas públicas se han priorizado o han estado dirigidas a fortalecer ciertos sectores o temas? A través de las políticas públicas es que esa visión de país empieza a tomar forma.
Las políticas establecen la manera a través de la cual se promueve el desarrollo de un sector o se busca resolver los problemas públicos. El diseño de políticas tiene que incluir los mecanismos que se utilizarán para lograr los objetivos. Hace un año se plantearon diez ejes de la política de gobierno en el marco del bicentenario del Perú. Uno de ellos, el sexto eje, fortalecimiento del sistema democrático, seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción, narcotráfico y terrorismo, no registra mayor avance concreto, y por el contrario, muchos analistas estiman que ha empeorado la situación respecto al inicio de gobierno.
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¿Tenemos equipos de técnicos bien preparados que puedan liderar el camino de cambios y mejoras en el ámbito público? Se ha mencionado reiteradamente que la meritocracia es fundamental para lograr diseñar buenas políticas públicas, y para tener una gestión pública eficiente y eficaz.
La realidad nos ha demostrado que en lo que va del gobierno se ha nombrado a más de 50 ministros en cuatro gabinetes, lo que ha significado también la renuncia y el cambio de muchos servidores públicos en el ámbito técnico. Ello ha provocado desde retrasos en los procesos de compras públicas y el deterioro de la calidad de los servicios públicos, hasta indicios de corrupción y pérdida de rumbo de las políticas sectoriales.
En un contexto de crisis global, como el que estamos atravesando, un país no se gobierna con sorpresas, sino con estabilidad. Para que las decisiones que tenemos que tomar sean exitosas, necesitamos contar con la mejor información y con la mayor certeza posible. El bienestar de todos los peruanos depende de ello.