Los resultados de la actividad económica durante el primer semestre evidenciaron un estancamiento en los niveles de producción, lo cual afecta el proceso de recuperación luego del impacto de la pandemia.
A este escenario se ha sumado que la incertidumbre política, la cual no logra ser disipada, dan luces que en la segunda parte del año no cambiaría la tendencia, observaron analistas.
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Tras conocerse los resultados económicos de la primera mitad del año, desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señalaron que dicho avance “respalda la proyección de crecimiento de 10% para este 2021”. Sin embargo, otras proyecciones difieren y apuntan a menores resultados.
Revisiones a la baja
La consultora Thorne & Associates revisó a la baja sus proyecciones sobre la economía para este y el próximo año. Después de un mes, su estimado para el 2021 se redujo de un 9,6% a 9,1%, mientras que el del próximo año lo hizo de 3,6% a 1,8%.
“En la segunda mitad del año el crecimiento se desaceleraría en un contexto de alta incertidumbre política, por lo que se revisan las proyecciones”, detalló la consultora. Otras entidades comparten la tendencia.
Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, señaló que, considerando las expectativas de diversos agentes económicos y, principalmente, inversionistas, lo que se tendría en el segundo semestre sería “una desaceleración de la actividad productiva”.
Henry Bances, economista de Macroconsult, sostiene que, considerando dicho escenario, lo que se registraría –luego de crecer casi 21% interanual en el primer semestre– en la segunda mitad del año la expansión estaría cercana al 1%.
“Esto se traduce en un semestre bastante plano, sobre todo por la incertidumbre política y el fin del efecto desembalse de la demanda interna”, apuntó Bances.
Con esta base, Odar comentó que el primer efecto respecto al siguiente año es “entrar a una bajada velocidad”.
“En el 2022, el impulso vendrá por el lado fiscal, pero no debe olvidarse que partimos con un déficit importante, por lo que el espacio es limitado”, comentó.
Bances coincidió con ello e indicó que en dicho año, que sería cuando recién se recuperarían los niveles prepandemia, se observaría una recomposición del gasto en favor del componente público.
En contraparte, la inversión privada se contraería, estima, en alrededor de 10%.
“También será importante la demanda externa. Las exportaciones tendrán crecimientos significativos, principalmente, por el lado minero”, añadió Bances.
Finalmente, ambos economistas señalaron que lo clave para registrar un mayor dinamismo de la economía es alentar al sector privado a invertir. Por ello, la principal tarea del gobierno para concretar la recuperación debería ir en brindar señales positivas en esa línea.
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