No es un secreto que el deporte nacional, con excepción del fútbol y el vóley, está en estado de emergencia desde mucho antes de la pandemia. Fuera de algunos buenos resultados intermitentes, hay un gran trabajo por hacer en torno a esta actividad. Pero, ¿qué pasa con la actividad económica que se genera alrededor del deporte? ¿Qué tanto se afectó con la llegada de la pandemia? ¿Existe un derrotero claro?
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En el mes de febrero pasado se creó la Cámara Peruana de la Industria Deportiva (CPID), gremio que busca integrar, representar, y capacitar a todos los actores de este sector en el país. Hasta el momento son 13 asociados de distintos rubros, como agencias de atletas, empresas de eventos deportivos, empresas de educación deportiva, un gimnasio, Perú Runners y la Agremiación de Futbolistas (SAFAP), entre otros.
El extenista y vocero de la CPID, Lucho Horna, señaló que la idea nació de juntar a diferentes gestores de la industria deportiva con el objetivo de hacer crecer en líneas generales el deporte nacional. Ir mejorando a mediano y largo plazo todo lo que tenga relación con los deportes, como eventos, producción, capacitación, ayuda para deportistas y todas las herramientas relacionadas.
“No solo tiene que ver con el deporte como actividad, por decirlo de alguna manera, detrás del deporte hay muchísimo consumo, ingredientes que te llevan a la práctica del deporte como tal, como gestión deportiva, marketing deportivo, la industria es enorme”, indicó Horna.
Señaló que si bien el tenis ha sido su deporte por años, la CPID verá todos los deportes de manera trasversal. Por ejemplo, recordó la problemática del fútbol de menores que está a punto de desaparecer, ya que varias categorías han tenido un año perdido. Y eso lo vive en carne propia, ya que su hijo juega la Copa Federación con la Universidad San Martín y no entrenan hace un año.
En tanto, el presidente del gremio deportivo, Alfredo Valverde, calcula que el deporte en el Perú mueve no menos de US$ 700 millones, que es un monto mínimo referencial por taquillas, derechos de televisión, auspicios, retail, entre otros.
Lo que espera con la Cámara Peruana de la Industria Deportiva es lograr tener representatividad, manejar las problemáticas y resolverlas a través de la Cámara, lo que implica hacer gestiones a nivel del IPD, del Ministerio de Educación, y convertirse en una voz autorizada, “y eso lo vamos a ganar a punta de trabajo”.
PÉRDIDAS AL 50% O MÁS
Raúl Rosales, director de la carrera de Administración y Negocios del Deporte de la UPC opinó que la pandemia lo que ha hecho es cambiar las condiciones de juego del sector, y pasó de ser intensivo en presencialidad a ser intensivo en virtualidad. Parece ser un cambio conceptual, pero tiene implicancias prácticas, detalló.
Sobre todo en los deportes asociados al sector de entretenimiento y espectáculo como el fútbol y el vóley. Estos viven de las competencias que son trasmitidas por cable, aplicativos e internet, y según sus cálculos, los derechos de transmisión actualmente deben significar entre el 70% o 80 % del ingreso de los clubes profesionales. De ahí la presión para que vuelva el espectáculo, ya que si no hay eventos no se pueden honrar los compromisos económicos.
A nivel del deporte formativo, Rosales afirmó que las competencias de las categorías de menores están paradas hace más de un año, lo que puede pasar factura en la actividad física y coordinación psicomotriz de los chicos. Mientras que por el lado del deporte recreativo, muchos clubes que tenían academias deportivas tuvieron que trasladarse a la virtualidad, como una forma de mantener el vínculo.
¿Se puede cuantificar cuál ha sido el impacto en el último año para el deporte nacional? “Según estadísticas internacionales se podría hacer una estimación para el caso peruano. En España se hacía la referencia que, dada la situación de pandemia y el cierre de actividades presenciales, uno de cada dos clubes iban a cerrar, porque no fue un periodo corto de un mes o dos meses, sino más de un año. Fácilmente es algo que se podría trasladar a la realidad peruana. Y por la informalidad, ese ratio podría ser un poco mayor al 50%”, sostuvo.
Asimismo, al hacer un diagnóstico general del deporte peruano, añadió que es complicado al ser tan diverso y estar en distintos grados de desarrollo. Está el deporte profesional con ingresos con una problemática distinta como el fútbol, pero también otros como el básquet, que no puede competir oficialmente por un problema de la Federación, así como otros deportes más pequeños con un modelo de negocio distinto.
“Al hablar del sector deportivo tenemos que saber que es diverso, es como hablar del sector de centros comerciales, puedes tener algunos como el Jockey Plaza y otros como Mesa Redonda, con otros estándares”, subrayó.
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