Han pasado más de 90 días desde que el presidente Pedro Castillo, cuando todavía era candidato, pidió en público al presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, que mantenga su trabajo al frente de la autoridad monetaria. A pesar de que Velarde ha aceptado quedarse al mando del BCR, Castillo ha dejado su ratificación en ‘stand by’.
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Para los especialistas esta demora madura más la incertidumbre política, con sus respectivos efectos sobre el tipo de cambio y la inflación, sobre todo por el desconocimiento del presidente Castillo sobre el manejo de la política monetaria y por privilegiar a los militantes de su partido, sin competencias para dirigir instituciones de orden económicas, como por ejemplo, la designación de Julián Palacín en la presidencia de Indecopi.
El economista peruano Roberto Chang, que tiene el cargo de profesor distinguido en Rutgers University, en Estados Unidos, y que a su vez es profesor de macroeconomía avanzada en la Maestría en Economía de la PUCP, explica que el mercado teme que si Julio Velarde no se queda al mando del Banco Central y llega gente que no tiene experiencia ni el compromiso de manejar la política monetaria, que ha llevado al país a la estabilidad macroeconómica, regresarán los problemas del pasado.
Chang se refiere a problemas como tener una inflación de entre dos y cuatro dígitos, como la que se alcanzó en el gobierno del presidente Alan García, así como la presión que hubo para que el Banco Central financie los déficits fiscales.
Recuerda que en 1990, García salió por la puerta falsa con una inflación del 7.649,6% y caídas del PBI de hasta 12,3%, en parte, por terrorismo, crisis política y políticas económicas equivocadas.
“Hay mucha incertidumbre de lo que el gobierno quiere hacer y una de las pocas garantías que existen para que el gobierno mantenga cierta disciplina macroeconómica es quién está manejando el Banco Central”, precisa Chang.
“Normalmente el directorio del BCR ha sido conformado con personas con buena formación en economía. No había gente como el señor Palacín en el Indecopi”, dice un exdirector de la autoridad monetaria que prefirió el anonimato.
Para el economista Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, la incertidumbre que genera la demora en la designación de Julio Velarde en el directorio del Banco Central obedece al marco en que se desarrolla esta ratificación. Precisa que, desde la campaña electoral, la agrupación política del presidente Castillo ha insistido en cambiar la Constitución sin una razón clara y en el régimen económico de la Carta Magna esta la independencia del Banco Central.
Odar explica que la independencia de la autoridad monetaria es imprescindible, porque ha sido y es el eje de la estabilidad macroeconómica del Perú de los últimos 25 años.
Señala que después de 1992 en que se tenía tasas de inflación alta, el Banco Central las ha reducido con políticas como régimen de tasas de interés de referencia y metas explícitas de inflación, que ahora están en riesgo.
“Hay varios riesgos sobre el manejo de la política monetaria que los inversionistas están viendo con cautela, y esto se está traduciendo en presiones adicionales al alza del tipo de cambio. Esto configura la necesidad de que el próximo directorio del BCR sea reconocido tanto en el ámbito local como por los inversionistas extranjeros, que pueda brindar garantías y tranquilidad de que el manejo macroeconómico seguirá balanceado”, comenta Odar.
¿Por qué Velarde al BCR?
¿No hay otros profesionales capaces para conducir el Banco Central? Chang sostiene que ningún país debería casarse con un banquero central, pero menciona que tampoco hay que arreglar algo que no está malogrado. Y en esta reflexión Chang precisa que el Banco Central, en la gestión de Velarde, ha ejecutado una tarea que es la “envidia del mundo”.
El profesor de Rutgers University califica de efectiva y exitosa la política ejecutada, el año pasado durante la pandemia, por el Banco Central con Velarde a la cabeza. Señala que, aunque fue limitada, el programa de créditos garantizados Reactiva permitió asegurar el sistema de pagos y de créditos peruano.
Chang estima que sin Reactiva hubieran quebrado una serie de bancos en el país, con sus respectivas consecuencias sobre la economía y dice que es por el éxito de dicha política que, en noviembre del año pasado, en medio de una crisis política importante, con tres presidentes en menos de una semana, el Perú pudo endeudarse a una tasa de 3,4% en el exterior, con el compromiso de pagar su deuda dentro de 101 años.
“No es por nada que Julio Velarde haya sido elegido el banquero central más exitoso del mundo y que las políticas de estabilidad del Perú llevaron a 25 años de crecimiento muy sostenido e inflación que fue relativamente baja”, menciona.
“La interrogante es si el presidente Castillo va a ayudar a que la estabilidad del país se preserve o va a introducir un elemento más de incertidumbre a la situación económica, política y social que vive el país, reemplazando a Velarde y llenando el directorio del BCR con gente que no tiene un récord o que tienen ciertos objetivos que en el pasado han demostrado ser contraproducentes”, menciona Chang.
En el 2020, Julio Velarde fue reconocido como Banquero Central del año para las Américas, por la revista internacional The Banker, del grupo editorial Financial Times.
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Para las fuentes familiarizadas con el BCR, que prefieren el anonimato, Velarde en el Banco Central es el único, de los 7 integrantes del directorio, que se dedica a tiempo completo al BCR. Además, destacan su inteligencia y trayectoria de más de 17 años como banquero central.
El profesor de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, Marco Ortiz, manifiesta que ratificar a Velarde tiene dos atributos. Primero, la seguridad de la continuidad de políticas técnicas y sensatas dentro de la institución y, en segundo lugar, Velarde tiene una credibilidad ganada.
Incluso si otro técnico ocupara el cargo de Velarde, no habría confianza respecto a que continuaría con aquello de garantizar una ‘política sensata’.
“Claramente hay una ventaja para el país de que Julio Velarde se mantenga en la presidencia del BCR. Es uno de los economistas más inteligentes y con una memoria prodigiosa y reconocido a nivel mundial. Pero más allá de eso tiene una ventaja informativa respecto al resto de directores que no trabaja a tiempo completo”, indica Ortiz.
“Castillo debería dar señales que den confianza y la ratificación de Velarde en la presidencia del BCR es una de las más fáciles para este Gobierno. Con eso gana un montón de terreno de tranquilidad, haciendo casi nada”, afirma Odar.
Directorio conflictivo
Velarde no solo ha aceptado al presidente Castillo liderar la autoridad monetaria, sino a afirmado que no le gustaría irse, en medio de una tormenta como la alta inflación, la apreciación del dólar y la incertidumbre política.
“La tarea del Banco Central siempre ha sido materia de estabilidad y si no hay estabilidad es muy difícil, casi imposible, hablar de crecimiento. Solo en los periodos de estabilidad, hemos tenido crecimiento económico”, indicó Velarde
La máxima autoridad del Banco Central sostuvo, recientemente, haber solicitado a la presidenta del Congreso evitar un directorio conflictivo. Recordó la mala experiencia que él tuvo en el directorio del BCR del 2001 al 2006, en el que renunciaron Richard Webb y Javier Silva Ruete a la presidencia del Banco. Según las fuentes, por conflictos ideológicos entre sus directores.
Una fuente familiarizada con el directorio del BCR, de ese entonces, reveló a Día1 que durante ese periodo se generó una discusión sobre los objetivos que debería perseguir la autoridad monetaria. De acuerdo con la fuente, un grupo de directores se inclinó por una política más ‘atrevida’ del Banco, como entregar créditos al agro y crear más dinero para empujar la economía.
Si bien las propuestas podrían ser válidas, a decir de Ortiz, estas no solo han provocado la crisis de los 70 y 80, con inflación de cuatro dígitos, sino que contravienen el mandato del Banco Central, que es velar por la estabilidad de precios.
El profesor de la Universidad del Pacífico explica que el BCR no solo no tiene la experiencia para colocar créditos, sino que un eventual mandato para hacerlo podría ser opuesto a la política de controlar la inflación, cuando se busque restringir el crédito para disminuir el consumo, con el fin de que disminuyan los precios.
Además, según las fuentes, si bien entre el 2001 y el 2006 el directorio del BCR llegó a un consenso sobre los objetivos del banco, hubo una especie de revancha entre los directores que tuvieron que allanarse, que se reflejó en el despido de funcionarios administrativos de la institución, algo que provocó la renuncia de Richard Webb a la presidencia del BCR
De acuerdo con el libro Curso de Verano, editado por el Banco Central, en 1965 Webb, quien había regresado de hacer su doctorado en la Universidad de Harvard, inició gestiones ante la Fundación Ford para obtener ayuda financiera que permita reforzar el nivel técnico del curso de extensión universitaria que dictaba el BCR durante el verano. La autoridad monetaria a cambio había aceptado convertir dicho curso en un mecanismo para reclutar personal. Con lo cual, al ver Webb que se atentaba contra los principios de la meritocracia decidió alejarse del BCR, según las fuentes.
“Durante este periodo [2001-2006] algunos directores publicaban en su columna de opinión cosas contrarias a la política consensuada del Banco Central. Usaban sus trincheras, de alguna manera, para promover que el Banco se ocupe también de impulsar la economía o políticas de crédito, que habían sido abandonadas por sus efectos nocivos en la economía”, comenta Ortiz.
Velarde también ha sugerido a Castillo que, por principio de gobernanza, no haya políticos ni funcionarios públicos.
Por ejemplo, en el 2003, Kurt Burneo era director del BCR y a la vez viceministro de Hacienda, y dado que por la meta de déficit fiscal no había margen para que el MEF pueda impulsar la economía, tras la renuncia de Webb al BCR, Burneo había sugerido la aplicación de una política monetaria expansiva por parte del BCR, a pesar de que el directorio del Banco había optado por una política monetaria neutral (El Comercio.07.10.2003).
En ese entonces, los especialistas recomendaban a través de las páginas de El Comercio, que el directorio del Banco Central mantenga el manejo prudente de la política monetaria.
El 11 de julio del 2003, el Instituto Peruano de Economía (IPE) publicó un comunicado en el que sostenía que discrepaba de los funcionarios del Gobierno que habían sostenido que la renuncia de Webb no debería traducirse en una mayor incertidumbre acerca de la dirección de la política monetaria del futuro.
“Recordemos que más de uno de los directores del [Banco] Central apoyó la propuesta de modificación constitucional que hubiera modificado su mandato para que vele por la estabilidad macroeconómica y no por la estabilidad de precios. Tampoco podemos ignorar, por ejemplo, que uno de sus directores publicó un artículo periodístico en el que abogaba por una política monetaria más expansiva”, decía el ‘think tank’ en su comentario diario de esa fecha.
Por último, Odar sugiere que, dada la coyuntura, formen parte del directorio técnicos que puedan estar a la altura de las crisis que enfrenta el país, para que puedan sumar con sus sugerencias en vez de obstruir.
En la actualidad, un director representa un voto en la toma de decisiones del Banco Central. Por ello, Ortiz subraya que se requiere directores de primer nivel, que pueda entender los problemas y propuestas que presenta el presidente del directorio y pueda preguntar, cuestionar y proponer con conocimiento.
Hay que indicar que las alternativas de solución que presenta el presidente del directorio provienen del ‘staff’ de economistas técnicos del BCR, que son reclutados en los cursos de verano del Banco Central. Muchos de ellos, han sido entrenados adicionalmente en las mejores universidades del mundo, en la que han obtenido sus grados de doctor.
“Los mercados lo que más odian es la incertidumbre, entonces, mientras que el presidente Castillo siga diciendo sí voy o no voy a tener a Velarde, sí voy a respetar la inversión privada o no sé si vamos a respetar la inversión privada, entonces, no hay intervención del BCR que valga para evitar el alza del dólar”, concluye Chang.
Hasta el momento no hay nada oficial de quiénes son los candidatos del Ejecutivo y del Congreso para el cargo de directores del BCR. Entre los nombres que han sonado están: Kurt Burneo, Óscar Dancourt, (que formaron parte del directorio conflictivo del 2001 al 2006), Daniel Córdova (quién tuvo que renunciar como ministro de la Producción por ofrecer el cargo de su viceministro para detener un paro de los pescadores), Gonzalo García Núñez (cuestionado en el 2006 por postular como candidato a la primera vicepresidencia de la República por UPP sin renunciar al directorio del Banco Central. Optó por pedir licencia para hacer proselitismo), Richard Acuña, Ricardo Burga y Guillermo Palomino. ¿Son los perfiles adecuados como lo sugieren los especialistas?
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