“Kneecap”: la película del trío irlándes de hip hop más provocador del momento

Hace apenas una semana, el trío de hip hop irlandés Kneecap sacudió a la opinión pública con su encendida presentación en el Festival de Glastonbury. Su discurso en favor de Palestina y sus furiosas críticas al gobierno del Reino Unido agitaron a medios como la BBC y a voceros del gobierno británico. Pero no es la primera vez que eso ocurre en la aún corta historia de la agrupación, reconocida por su activismo sociopolítico y sus mensajes habitualmente incendiarios.

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De registrar el nacimiento de esa rebelde carrera se encarga “Kneecap”, cinta dirigida por Rich Peppiatt. De arranque, su propuesta es interesante y fuera de lo común: si bien encaja en el subgénero del ‘biopic’, resulta innovadora al tener a los tres miembros de la banda interpretándose a ellos mismos en la película. Es una jugada riesgosa, pero que le confiere un halo documental y una verosimilitud especial. Como si los marginados de “Trainspotting” se movieran de Edimburgo a Belfast y pasaran de la ficción a la realidad.

Así, se nos presenta la impensable colaboración entre dos jóvenes revoltosos –Móglai Bap y Mo Chara– y un profesor de escuela –DJ Próvai–, quienes empiezan a explorar una escena musical urbana y subterránea, mientras reivindican el idioma irlandés mediante sus letras. Los temas que abordan son también provocadores: el conservadurismo político, la religión, las drogas, la sexualidad, los abusos policiales y varias otras cuestiones que les permiten ir ganándose un estatus de inadaptados y revoltosos.

"Si bien la película encaja en el género del biopic, es innovadora al tener a los tres miembros de la banda interpretándose a sí mismos".

Si bien es cierto que la estructura de la película mantiene un esquema clásico de ascenso a la fama, lo que termina luciendo como una resolución algo trillada, el relato nunca deja de mostrar interés. También se le podría objetar la idealización de ciertos personajes, como el interpretado por Michael Fassbender (que encarna al padre de unos los miembros de la banda), pero ello se compensa con la crudeza y el registro directo de los ya mencionados músicos, mostrando su verdadero rostro –literal y figurativamente– frente a la cámara.

Pese a esas objeciones, “Kneecap” posee una naturaleza sublevante que encandila. Su equilibrio entre la fuerza escénica y el poderío de su lírica en defensa del idioma irlandés se asemeja al de un cóctel molotov en pleno motín. “En todo el mundo, una lengua nativa desaparece cada 40 días”, se indica en una parte de la película, pero no con el tono de un informe oenegero, sino con la rabia del manifestante que toma la calle cansado de la inacción del sistema y dispuesto a colapsarlo para volverlo a erigir. La película de Peppiatt es una estupenda puerta de ingreso al universo de Kneecap, una banda que es cosa seria y que seguramente seguirá dando que hablar.

Calificación: 3.5/5