El asesinato de María Elena Moyano es uno de los episodios abordados en el libro "Ríos de sangre. Auge y caída de Sendero Luminoso" ( IEP, 2021 ).
El asesinato de María Elena Moyano es uno de los episodios abordados en el libro "Ríos de sangre. Auge y caída de Sendero Luminoso" ( IEP, 2021 ).
Jorge Valenzuela Garcés

Más allá de las críticas de las últimas generaciones de historiadores sobre la condición mítica e irrealista del discurso narrativo, o sus limitaciones para representar hechos reales, lo cierto es que la narración sigue siendo la forma canónica que tanto la historia como la ficción emplean para conformar sus relatos. Así parecen entenderlo Orin Starn, antropólogo, y Miguel La Serna, historiador, autores de Ríos de sangre. Auge y caída de Sendero Luminoso ( IEP, 2021 ).

Para comenzar, habría que destacar un hecho incontestable: el libro brilla por la destreza narrativa al momento de contar la historia del horror senderista gracias al eficiente empleo de diversas técnicas literarias. Su interés por narrar “la historia del conflicto enfocándonos en las vidas de los protagonistas directos de los hechos” trae consigo el empleo de un aparato técnico formal que logra trasmitir con solvencia no solo ese universo sentimental e interior de los protagonistas —marcado por la utopía desbocada, la muerte y la destrucción (dominante en el libro)— sino también los momentos más álgidos de la confrontación. En efecto, el libro es interesante por esta elección; es decir, por haber aceptado las condiciones y posibilidades del discurso narrativo literario para contar las experiencias de las víctimas del período de violencia, las de los propios senderistas en su demencial carrera por el poder, así como las de quienes los investigaron.

"Ríos de Sangre: auge y caída de Sendero Luminoso", de Orin Starn y Miguel La Cerna. Editorial: Instituto de Estudios Peruanos.
"Ríos de Sangre: auge y caída de Sendero Luminoso", de Orin Starn y Miguel La Cerna. Editorial: Instituto de Estudios Peruanos.
/ Gino Becerra

Para tal propósito, los autores emplean, de manera preferente, el discurso indirecto libre, que le da al narrador la doble posibilidad tanto de focalizar interiormente en los actores como de administrar la información histórica sin restricciones. También emplean la focalización externa para referir espacios exteriores, paisajes de diverso tipo o el aspecto de uno de sus protagonistas. Así, la perspectiva es cambiante y se ajusta a las demandas de la compleja materia narrativa. Otro de los aciertos es la elección de los hechos narrados (por ejemplo, el linchamiento de senderistas en Huaychao, la masacre de Uchuraccay o el asesinato de María Elena Moyano) debido a su carácter fuertemente anecdótico y a su desarrollo periodístico. Este carácter les permite a los autores encadenarlos en una trama acuciante, en la que se intercala la acción con la narración biográfica.

El efecto final es que la obra gana el semblante de un relato de peripecias en el que se mezcla la historia personal de los agentes políticos del desastre con la de los periodistas que se encargaron de investigarlos. Por ello, el libro contiene también la historia de la propia investigación sobre Sendero Luminoso, desde sus inicios hasta su derrota final.

Múltiples voces

Es innovador en el texto el empleo de diversas fuentes de información. Se utilizan audios de videos, entrevistas grabadas o llamadas telefónicas en las que participaron los protagonistas de los hechos. Los testimonios son esenciales para construir esa polifonía de voces que le da riqueza al libro. Cuando estos materiales se textualizan, se da paso a la escena en la que los diálogos con acotaciones dramáticas funcionan eficientemente para conseguir un objetivo: recuperar en toda su verdad el hecho acaecido.

Al describir a Sendero Luminoso, los autores llegan a una conclusión que confirma la opinión consensuada entre historiadores y políticos: “Mantener su militancia marxista a lo largo de la década de 1980 y hasta entrado el decenio siguiente colocaba a los senderistas en un anacronismo destinado al fracaso, que resultaba al mismo tiempo patético y letal”. Hechos los balances, el libro construye una severa crítica a la demencial escalada senderista. Con talento a todas luces literarios, aquella atroz década llega a nosotros con toda su potencia.

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