Al observar un salón de clases de nivel inicial, los protagonistas serán los más pequeños jugando y pasándola bien. Sin embargo, a pesar de parecer únicamente un momento recreativo, son un conjunto de actividades minuciosamente diseñadas para darle a nuestros hijos las experiencias y el conocimiento que sentarán las bases de futuros aprendizajes. Un salón de clases de inicial puede marcar cómo se relacionarán con su entorno a lo largo de su vida.
En los primeros 5 años, el cerebro se encuentra en un momento privilegiado para evolucionar. Es la etapa perfecta para crear los cimientos de lo que será el desarrollo intelectual, social y motor de niños y niñas y, debido a ello, la educación inicial es de vital importancia.
¿Qué construimos durante la primera infancia?
“El juego exploratorio, las reuniones de la mañana, los centros de aprendizaje con elementos para construir, interactuar con letras, palabras, incluso el recreo activa en el estudiante la capacidad de percepción, de atención y de memoria. La inteligencia social y emocional, todo se construye en este espacio de la primera infancia.” recalca Helena Calle, especialista en neurociencia y directora de Experiencias Digitales de Innova Schools.
De acuerdo con la experta, los espacios como el juego libre desarrollan habilidades socio emocionales en los más pequeños, mientras que los materiales y las consignas escolares trabajan la autonomía, la autorregulación y las interacciones sociales. El tiempo de compartir fortalece las habilidades vinculadas a las funciones ejecutivas, como la facultad del niño de planificar, regular necesidades, ejecutar pasos para lograr un objetivo o enfocar su atención en una meta específica.
“Todo esto son aptitudes, procesos cognitivos fundamentales para luego aprender a escribir, resolver problemas, pensar de manera compleja y tener pensamiento crítico” resalta Calle.
De igual manera, ocurre en el desarrollo emocional y social. Para Talía Herrera, psicóloga clínica, psicoterapeuta y especialista en crianza, estar en contacto con otros niños y adultos, así como con la naturaleza, también es un elemento importante del aprendizaje.
La psicóloga clínica recalca que, cuando los niños están en contacto con otros, logran un mayor entendimiento no solo de los demás, sino también que los entiendan a ellos mismos. “Estas habilidades sociales los hacen sentirse parte de un grupo. Les permite estar cómodos, entender normas y convenciones sociales, reglas y permisos, así como adaptarse al entorno”, agrega.
Según Herrera, este aprendizaje a largo plazo los nutrirá para lograr un desarrollo emocional que en la adultez les permita trabajar en equipo, tener relaciones de pareja sanas, saber disculparse, soñar y tener metas entre otros.
La deserción escolar en la etapa inicial
Aunque la tendencia mundial apunta a darle mayor importancia y trascendencia a la educación inicial, en nuestro país las cifras del Ministerio de Educación son preocupantes. El 39.4% de las deserciones escolares del 2021 se dieron en la etapa de educación inicial.
Para Vaneza Ureta, presidenta de la Asociación de Nidos y Guarderías Privadas del Perú (ANGP), es fundamental que las autoridades sigan impulsando políticas públicas que fomenten el desarrollo en la etapa infantil y que promuevan a que más padres envíen a sus niños a clases.
“La comunidad ANGP, involucra a las familias. Los padres se vuelven nuestros aliados y juntos logramos una participación comprometida de nuestros alumnos”, enfatiza.
Para muchas familias iniciar la etapa de educación inicial es un esfuerzo económico, emocional y logístico. No obstante, los especialistas concuerdan que es un trabajo que vale la pena, pues es una inversión en el futuro de sus hijos. Se podría creer, equivocadamente, que están aprendiendo cosas académicamente irrelevantes, pero las habilidades y competencias que se desarrollan en los primeros años son las más importantes para el aprendizaje del resto de sus vidas.