MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ @martiacosta
Redactor de Sociedad
A Roger Vásquez le dijeron que el pago por concepto de Apafa no es obligatorio. Que la cancelación de este dinero no puede condicionar la matricula de sus hijos. Sin embargo, en el colegio le dicen lo contrario. Tres madres miembros de la directiva le informan que es requisito indispensable y que de otra forma no puede ser.
Roger acepta, paga los 40 soles acordados y se pregunta a dónde va el dinero que él y los demás padres cancelan. En qué se invierte, dónde están las obras, las mejoras y los beneficios de ese pago.
QUÉ DICE LA LEY
Según la Ley Nº 28628 que regula la participación de las Asociaciones de Padres de Familia (Apafa) en las instituciones educativas públicas, la cuota anual ordinaria que se imponen a sus miembros, debidamente aprobadas por la Asamblea General no puede exceder del 1.5% de la Unidad Impositiva Tributaria (UIT). Es decir no puede ser mayor de 54 soles, dice el Ministerio de Educación.
Además, la Apafa está impedida de realizar cobros que limiten el libre acceso a la educación y permanencia de los estudiantes. “El pago de la cuota ordinaria anual no constituye requisito para matricular a los estudiantes y si el miembro tuviese dificultades económicas para su cancelación, se debe autorizar el pago fraccionado”.
Según la ley el pago puede destinarse “al mantenimiento y reparación de la infraestructura física, a la conservación y refacción del mobiliario escolar, el equipamiento e implementación de tecnologías de información y comunicación, la realización de programas de capacitación para sus asociados (padres) o la adquisición y mantenimiento de materiales educativos, lúdicos y deportivos”. En ningún caso los recursos de la Apafa se utilizarán para atender gastos corrientes.
¿Y EL PRESUPUESTO DEL COLEGIO?
Cuando le explico a Roger lo que dice la ley, me interrumpe con una pregunta "¿Y el presupuesto del colegio?" En efecto el Ministerio de Educación adjudica a cada colegio un presupuesto anual para que corra con los gastos de mantenimiento. No obstante, este monto según indica Adolfo Valdivieso, presidente de la Central Nacional de Apafas del Perú, “muchas veces no es suficiente”.
Entonces, ahí es donde aparece la figura de la Apafa. Sucede que muchas de las directivas argumentan que las cuotas anuales se invierten en por ejemplo: arreglar los baños, comprar carpetas, mejorar las conexiones eléctricas. Gastos que cualquiera pensaría deben estar incluidos dentro del presupuesto del colegio.
En conversación con El Comercio, Adolfo Valdivieso señaló que en ocasiones las Apafas han cumplido con los gastos de pago de guardianía en los colegios o incluso en la contratación y pago de una profesora de inglés. “Todos estos son pagos que se detallan y se aprueban en el Plan Operativo Anual (POA) que se presenta en la asamblea anual de padres”.
Ahí se sabe cuánto se va a necesitar para cumplir las metas del próximo año y haciendo una suma matemática se saca el valor de la cuota de cada padre. Dice que condicionar la matrícula del alumno al pago de este monto es un “error de las Apafas”. No obstante este se debe realizar sí o sí (con pago fraccionado o realizando trabajos).
“Condicionar me parece un grave error pero existen forma de cumplir, dándoles facilidades, etc. Además el pago que se hace está en proporción a la economía de los padres. En algunos casos se paga 10 o 15 soles y como máximo 42”.
También dijo que es posible que se generen excedentes cada año pues el presupuesto está basado en un número de alumnos sin contemplar a los estudiantes nuevos. Esos muchas veces se terminan de utilizar bajo conceptos de movilidad o refrigerios de las gestiones que realizan. Este es un trabajo Ad honorem. “Al final todos los gastos debe ser presentados en un balance a fin de año”.
ENMASCARAN PAGOS Y NO HAY FISCALIZACIÓN
El presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), Crisólogo Cáceres, señaló que este dinero debería utilizarse para complementar el proceso educativo y brindar facilidades adicionales a los alumnos. “Lo que sucede es que a veces se dice que se hará tal o cual trabajo y después no se fiscaliza si en verdad se hizo”, comento a El Comercio.
“Con eso se enmascararan algunas deficiencias que tienen las instituciones educativas. Hay cosas que los padres suponen que el colegio tiene: buenas carpetas, conexiones de luz, paredes en buen estado. Los padres deben fiscalizar y pedir cuentas a las directivas para que ese dinero se invierta bien”.
Cáceres sostiene que hay muchos comités de Apafa que se quedan enquistados en estos cargos y hacen de esto un estilo de vida. “No se les pide que rindan cuentas y en vez de respaldar a los padres velan por el interés del colegio”.
Aclara que en los colegios estatales la fiscalización parece más simple, pues agrega en las instituciones privadas la cosa es diferente. “No hay un reglamento que regule ello y ni siquiera el Ministerio de Educación puede hacer algo”.
DENUNCIAS A APAFAS
Adolfo Valdivieso asegura que cada comité de Apafa es elegido de manera independiente y por votación por los padres de cada colegio. En ese caso, la institución que él preside no tiene facultad para investigar ni sancionar el mal uso de los recursos y las irregularidades.
“La Apafa es una entidad privada por lo tanto se rige por el Código Civil, de esta forma los padres están en todo su derecho de denunciar ante el Ministerio Público a los dirigentes que no hayan cumplido con las normas de honestidad. Lamentablemente no podemos sancionar ni interferir”.