Eran las 8 a.m. aproximadamente y todos los usuarios del Metropolitano que querían dejar el Cercado de Lima hacia el sur tuvieron que hacer largas colas en las estaciones de la ruta B por los desvíos de la procesión del Señor de los Milagros.
Entre la excesiva demanda, la gran cantidad de pasajeros y las largas colas de clientes y buses, una escena llamó la atención: un pasajero al que le ganó el sueño y logró dormir prácticamente en el borde del parabrisas trasero de uno de los buses.