Gladys Pereyra Colchado

A fines de los años 90, el entonces alcalde Alberto Andrade hizo de la frase “un poquito de paciencia” un lema de confianza, un reconocimiento de que las obras pueden generar molestias y una promesa del cumplimiento de plazos. Casi treinta años después, con sucesivas autoridades y obras que no tienen fechas de entrega, de la paciencia queda poco. Este diciembre, con el cierre del presupuesto fiscal a cuestas, se convirtió en el mes de las obras, cierres, desvíos y polvo en calles y avenidas de más de diez distritos de Lima Metropolitana. ¿Cuántas se entregarán pronto?

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