Abby Ardiles

“Al final todo es un negocio más, es un trabajo más. Te levantas a trabajar a una oficina, otros se levantan a trabajar de doctores, de abogados. Ya ves, el trabajo es igual, lo mismo. Tienes que buscar a las personas que te van a apoyar económicamente, captar tu gente y al final como un trabajo más”, afirma con cinismo un extorsionador anónimo que operaba en Trujillo hace siete años. Su testimonio refleja la realidad de cientos de personas que hoy acechan a diversos sectores económicos, desde el transporte público urbano hasta grandes inmobiliarias y ciudadanos comunes.

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