Lima tiene tres veces más colegios privados que colegios públicos, según datos publicados en El Comercio. En el 2011, casi la mitad de alumnos asistieron a colegios privados en Lima. Sin embargo, nuestro sistema de planeamiento urbano no contempla esta realidad.
Mientras la ciudad se densifica, se vuelve más difícil conseguir suelo para colegios (públicos o privados) dentro de barrios céntricos. En muchos barrios de Lima, cuando la densidad poblacional aumenta, no es acompañada por un respectivo incremento en la provisión de colegios, sino una reducción.
A escala urbana, esto significa, entre otras cosas, que los alumnos estudian en lugares cada vez más lejanos a sus hogares. En los últimos años, varios nuevos colegios privados han abierto en el sur y este de Lima. Mirando el mapa de ubicación de los colegios Innova –un modelo de escuela privada dirigida a niños de familias con ingresos medios– existe un gran vacío en Lima centro. Se ve lo mismo para colegios más exclusivos, con los nuevos en su mayoría ubicados en el sur y este.
El problema, entonces, es que Lima no está generando nuevos colegios donde hay alumnos que los necesitan, sino en lugares donde existen terrenos más grandes y precios de suelo más económicos. Es más, en las últimas décadas, algunos colegios ubicados en Lima centro se han reubicado en el sur y este, por un incremento en el valor del suelo. De esta manera, el acceso a la educación está siendo reducido.
Los padres de familia que eligen pagar por un colegio privado priorizan la calidad de educación sobre el costo y sobre el tiempo perdido en el traslado cada día. Sin embargo, los padres están confrontados con una realidad alarmante, en la que sus hijos están perdiendo más tiempo en el traslado, debido al incremento de la congestión en la ciudad. Lo que era un viaje de 20 minutos hace cinco años puede ser de 45 ahora.
El problema está empeorando por la falta de planeamiento urbano en Lima. La mano invisible del mercado está densificando el centro y generando nuevos colegios donde son rentables, en zonas periféricas. Las municipalidades son indiferentes ante este problema.
Responder al crecimiento poblacional del centro con la construcción de nuevos colegios privados en el sur convierte a Lima en una ciudad insostenible. La falta de planeamiento significa generar más tráfico, mayor congestión, más contaminación y más tiempo por alumno perdido en el tráfico.
Es el rol de las municipalidades desarrollar planes que identifiquen dónde ubicar nuevos equipamientos en base a las necesidades de la población. Las municipalidades pueden y deben considerar mecanismos para generar suelo en zonas céntricas para nuevos colegios, incluyendo los privados.