La Policía lanzó bombas lacrimógenas para tratar de dispersar a los manifestantes que se encontraban ubicados en los exteriores del Palacio Legislativo, tras el cierre del Congreso de la República por parte del presidente Martin Vizcarra.
Los agentes de la Policía Montada hicieron retroceder unos metros a las personas que protestaban en la avenida Abancay, sin embargo, ellos regresaron al mismo lugar a los pocos minutos.
El accionar de la Policía no desencadenó la reacción de los manifestantes ni enfrentamientos. En los accesos al Congreso de la República se colocaron rejas para restringir el paso.
Ante esta situación, los vehículos de transporte público y privado tuvieron que usar rutas alternas, ya que los manifestantes ocupaban ambos sentidos de la avenida Abancay.
Algunos de los negocios y locales ubicados en los alrededores del Congreso de la República optaron por cerrar sus puertas como medida de precaución.