Florencia Canale presentó "Bastarda" en la Feria Internacional del Libro de Lima.
Florencia Canale presentó "Bastarda" en la Feria Internacional del Libro de Lima.
/ Planeta/ Florencia Canale en Instagram
Diana Gonzales Obando

Fue desterrada, perseguida y hasta encarcelada mientras llevaba bien puesto el uniforme de húsar. La quiteña Manuelita Sáenz (1797 - 1856) murió en Paita, Piura, en pobreza y soledad. La historia se encargó de invisibilizar su papel político en el proceso de la independencia de América Latina, y solo recuerda su nombre junto al epíteto de amante de Simón Bolívar. En el siglo XXI, la historia contemporánea la reivindica.

“Me parece muy injusto que se la presente así. Es muy poco”, sentencia la periodista argentina Florencia Canale, autora de la novela biográfica “Bastarda” (Planeta, 2022), donde desentraña los orígenes de Manuelita Sáenz como hija ilegítima del encuentro furtivo entre Simón Sáenz y Joaquina Aizpuru, una marca que llevará toda su vida. Además, Canale narra el papel clave de Manuelita en la causa patriótica, sin dejar de contar el apasionado romance con el Libertador. “Ella fue nombrada por San Martín Caballeresa de la Orden del Sol. Junto a otras mujeres participó en este devenir de asociación de espías exponiéndose a la muerte. Fue mucho más que la amante de Bolívar. Me gusta decir que Simón Bolívar fue su amante, al revés, porque ella ya era Manuela Sáenz antes de conocerlo”. Separarse de su esposo, el acaudalado James Thorne, fue una nueva afrenta de esta mujer hacia una sociedad que nuevamente le dio la espalda. Pero nada la detuvo.

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Sin duda, fue de vanguardia, una mujer que alcanzó el poder. En una época de anarquía y muy pocas certezas, se ganó la confianza de don José de San Martín y fue la mano derecha de Simón Bolívar. Contribuyó con información e ideas estratégicas en asuntos militares y políticos. Su agudeza llevó a salvarle la vida en tres ocasiones a Bolívar, por lo que la reconoció como la ‘libertadora del Libertador’.

Armada y uniformada

No era raro verla armada sin tenerle miedo al campo de batalla, como lo demostró en Pichincha y bajo el mando de Sucre, en Ayacucho. Por su valor, por batirse a tiros con el enemigo, por atender a soldados heridos, fue ascendida al grado de coronel.

La autora de “Bastarda” se pregunta si el origen ilegítimo de Sáenz la habría instado a legitimarse ella misma frente al mundo, con rabia, ímpetu y sin pertenecerle a nadie: “Hoy diríamos que era una ‘self-made woman’ (‘hecha a sí misma’), por ello el dato del origen es fundamental. Aunque no la conoció, pienso que heredó de su madre las ganas de ser dueña de sí misma”. Manuelita quiso alcanzar la libertad en una sociedad que la marginó por separarse, por no tener hijos y sí un amante, y desafiar el rol de una mujer del siglo XIX. Pero también buscó la libertad de los pueblos, mérito que nadie le puede negar. “Ha sido estigmatizada por inmoral; sin embargo, su moral fue tan alta que aceptó la pobreza, la indigencia, la enfermedad y la muerte en abandono. Pudo haber vivido en la opulencia, pero eligió no hacerlo. Abandona esa seguridad por ir detrás de su gran pasión, podríamos decir por Bolívar, pero además por la causa patriótica”, afirma Florencia Canale con total admiración. Durante su paso por Lima, Canale espera conocer la casa en Paita donde vivió Manuelita sus últimos días, preparando postres, vendiendo tabaco y sirviendo de intérprete a viajeros ingleses y franceses para sobrevivir. Es hora de recordarla como se debe.

La periodista Florencia Canale (Mar del Plata, 1963) es de las autoras más leídas en los años recientes en Argentina. Tiene 11 novelas publicadas con muchísimo éxito y es que sus investigaciones de los personajes más apasionados de la historia argentina cobran un interés mayor cuando ella los traslada al plano de la novela.

Por ejemplo, la vida de don José de San Martín, recreada en “Pasión y traición” (2011), se convirtió en un ‘best seller’, y es que quién no estaría interesado en recorrer página tras página la intimidad del Libertador junto a Remedios de Escalada, su esposa y madre de su hija, una mujer fuera de los cánones de la época y que fue capaz de serle infiel.

Canale profundiza en el lado más humano de hombres y mujeres, llega a esos extremos y contradicciones que en ocasiones causaron tragedias difíciles de olvidar para una sociedad. Retrata una época caótica como fueron siglos pasados, donde se peleaban territorios y naciones en los campos de batalla, y las mujeres fueron silenciadas a pesar de haber tenido papeles estratégicos en la política y la vida pública.

Investigación

Es una labor detectivesca. Florencia Canale rescata a hombres y mujeres emblemáticos a través de la ficción, recrea diálogos, escenarios, topografía, la vida diaria y momentos claves para la historia que conocemos o debemos conocer.

Como periodista, sigue las pistas revisando documentos, epístolas, diarios, archivos: “Al investigar soy muy voraz, intento tener todos los flancos cubiertos cuando eso, en general, es imposible. Ahora mismo estoy escribiendo una novela que saldrá el año que viene ubicada unos siglos previos al XIX, sobre una mujer que estuvo en Lima. Cuando viaje al Perú, iré en busca de algunos materiales. Me gusta, si puedo, visitar esos sitios donde estuvieron, encontrar aunque sea la sensación de que estoy respirando ese aire que ellos o ellas respiraron”, nos dice Canale sobre sus procesos para recaudar información.

Además, se asesora con historiadores para encauzar la ficción de manera que se lea fidedigna a la realidad, así logró narrar la vida de la francesa Madame Perichón en “La Libertina”.

Marie Anne Périchon, apodada Madame Perichon o La Perichon (nótese la referencia a nuestro personaje local, La Perricholi), era una espía, doble agente y amante de hombres poderosos, como el virrey Liniers. Manejó la fortuna familiar tácticamente hasta alcanzar una muerte tranquila, a diferencia de su nieta Camila O’Gorman, quien murió fusilada por Juan Manuel de Rosas junto a su amante, el cura Ladislao Gutiérrez. Esta historia comparada con la tragedia shakespeariana de “Romeo y Julieta” fue contada por Canale en “La pecadora”.

Mirada justa

Ahora, Canale se sale del territorio argentino para viajar por la América Latina de los siglos XVIII y XIX con Manuelita Sáenz, una mujer impetuosa, brillante que no pasaba desapercibida y fue encasillada por la historia como amante de Simón Bolívar. En la novela “Bastarda”, se muestra el verdadero papel de Manuelita en el proceso de la independencia de América y su participación política,tanto al lado del libertador Bolívar como antes de conocerlo. Una mirada que le hace justicia.

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