Responde por correo electrónico y omite alguna de las preguntas que se le envían. Pero no importa. Chick Corea (Massachusetts, 1941) está a pocos días de retornar a Lima –tres años después de su última presentación, en el Gran Teatro Nacional– y prefiere despacharse sobre su actualidad musical. Su compañero de turno será Steve Gadd, una dupla que promete.
— Ha dicho en más de una ocasión que algunas de sus raíces musicales son latinoamericanas. ¿Hay algún artista peruano que le genere interés en particular?
Latinoamérica siempre ha estado presente. En la nueva banda tenemos a Luisito Quintero, de la muy musical familia Quintero, de Caracas. Y nuestro bajista, Carlitos del Puerto, es cubano. (Aprovecho para presentar al resto de la banda: el guitarrista Lionel Loueke, de Benín, y el saxofonista Steve Wilson, de Estados Unidos). Del Perú tengo un viejo amigo, el gran percusionista Álex Acuña. Pero me encantaría aprender mucho más sobre música peruana.
— Usted no suele hablar de política. ¿Considera que la música y el arte en general deberían ir separados de ese tema?
Solo puedo decir que la música y el arte que amo son esencialmente no políticos.
— Es conocida su adhesión, desde hace varios años, a la cienciología. ¿Qué opina sobre las críticas que recibe dicha religión? ¿Por qué decidió integrarla?
Comencé a practicar la cienciología debido a que las ideas que L. Ron Hubbard estableció en sus obras están ligadas a los grandes principios humanitarios con los que yo, por naturaleza, siempre coincidí. También me gusta el esfuerzo humano de la iglesia alrededor del mundo que sirve para ayudar a la gente a mejorar sus vidas. Eso es lo que me motiva.
— Tiene 76 años ya cumplidos: ¿alguna vez ha pensado en dejar de tocar? ¿Puede un músico pensar en una vida en silencio?
Me encanta la vida que llevo como músico y por eso mismo siento que soy un afortunado de poder continuar llevándole música a la gente en cualquier parte del mundo. Tener la capacidad de hacer que las personas se sientan mejor es una verdadera dicha. Creo que la música tiene la capacidad de recordarnos nuestra naturaleza básica por una razón bastante simple: todos llevamos a un artista en el corazón.
— ¿Qué nos puede adelantar de su concierto en Lima? ¿Y qué puede decirnos del trabajo junto a Steve Gadd? ¿Cómo funciona ese equipo?
Steve y yo somos viejos amigos y siempre hemos disfrutado hacer música juntos. Durante años conversamos sobre construir un proyecto como este y el momento finalmente llegó. Lo que presentaremos son algunos temas nuevos que hemos grabado recientemente y algunos otros que grabamos durante décadas. Siempre he amado la manera en que Steve interpreta mis composiciones, su capacidad para crear ritmos especiales que no se pueden plasmar sobre un papel. Le basta escuchar una composición para inventar una percusión perfecta. Nos emociona mucho a ambos poder llevarles estas creaciones.