El compositor Omar Alfanno es padre de tres hijos junto a la mujer a quien considera su musa, Carmen de Alfanno. También es progenitor de más de 400 canciones en el género que considera insuperable al mezclar romance y ritmo: la salsa. No cualquier tipo de salsa, sino el movimiento que inició junto a diversos artistas: la salsa romántica, esa que aconseja bailar lento, despacio y con mucho cariño.
La historia cuenta, y el mismo Alfanno también lo explica, que cada vez que el maestro salsero compone una canción, se le cae un pelo; por eso Alfanno es calvo. Además de su cabello, no cuenta con una voz prodigiosa, pues lo suyo es cantar a través de otros artistas, entre los que figuran personajes internacionales como Shakira, José Feliciano, Alejandro Sanz, Celia Cruz, Rubén Blades, Jerry Rivera, Ricky Martin, Willy Colón y otros 170 artistas más que consiguieron éxito en sus carreras musicales recitando palabras de amor que provienen del puño y letra del compositor panameño.
Así como el mundo de la balada tiene a un Manuel Alejandro, el universo salsero tiene a Alfanno, quien se presenta siempre mencionando: “Yo no sé componer salsa...”. Una frase que remarca un espíritu de gustos simples, pero composiciones complejas que marcaron a toda una generación de oyentes. Camina por la calle con naturalidad, unas gafas de sol oscuras y una barba de candado con tonos blancos, pasando desapercibido muchas veces, algo que parece disfrutar cuando sale en familia o pasea por las calles de alguna ciudad.
“Es curiosa esa fama porque podrían atropellarme por la calle y nadie sabría que mataron a Omar Alfanno, el gran compositor. Incluso el que me atropella podría estar escuchando un tema que hice mientras me pasa por encima, y ni así saber de mí, pero estoy tranquilo con esa idea”, nos cuenta entre risas el compositor panameño.
Un salsero en Perú
Hoy camina por segunda vez en Lima, por dos motivos especiales: su reciente nombramiento como miembro honorario de Apdayc y el estreno de un tema inédito junto a la agrupación Septeto Acarey, que realizó un álbum en su honor. Curiosamente, durante las décadas de los 80 y 90, ningún cantante peruano le propuso hacer una colaboración ni le pidió alguna de sus composiciones. Sin embargo, Alfanno quiere saldar deudas pendientes.
“Quisiera componer un tema para Gian Marco, con quien siempre pospongo ese gran proyecto por algún motivo que va apareciendo en el camino ―nos revela el compositor― Otro gran artista a quien considero como un genio que pocas veces aparece en la historia es Tony Succar, con quien próximamente estaré realizando unos proyectos apenas nos veamos”.
El motivo por el cual él tampoco se acercó a los artistas peruanos, o a otros artistas sudamericanos que empezaban a tener éxito, no se trató de una barrera geográfica, ni de falta de ritmo o talento, sino de una barrera en la industria musical que tenía límites marcados. “El movimiento de la salsa romántica, como industria del norte, tenía su final en Colombia. Eso se debe a que ellos tenían ya grandes artistas y compositores propios, como es el caso de bandas como Niche o Guayacán. Entonces, nos quedamos en Nueva York, Panamá, República Dominicana, entre otros países centroamericanos”, explica Alfanno, quien piensa volver más seguido al Perú por recomendación de Sergio George.
Al compás del romance
Omar Alfanno nunca fue un cantante reconocido, a pesar de tener en su discografía discos como “Joe de Barrio” (1987), “Cosas de Barrio” (1987), “Cuerpos al calor” (1988) y “En torno al amor” (1991). Fue después de este cuarto disco que decidió que lo suyo no era interpretar temas, sino crear canciones para quienes considera sus amigos, pues jamás entrega un tema suyo a quienes no conoce realmente.
“En mi vida he atravesado tres etapas: pasé por mi etapa virginal llena de ideas románticas en mi vida profesional; luego, fui un compositor que era parte de una industria musical; y finalmente, se separaron las palabras industria y música, para solo quedar la industria, un lugar donde caigo en cuenta de que soy como un sastre para los artistas, pero que trabaja en sus términos. Está bien que con la plata baile el mono, pero yo no soy un animal, sino un compositor”, nos cuenta Alfanno.
Fue durante sus presentaciones como telonero de Willy Colón que el reconocido intérprete de “Gitana” le prestó instrumentos para su actuación. En agradecimiento, Alfanno le brindó su composición llamada “El Gran Varón”, uno de los temas más escuchados en el mundo, con diversos intérpretes y múltiples premios en su haber. “Es una historia verídica, inspirada en un amigo con el que estudié. Él era homosexual y buscó fuera de su país ser quien realmente era, pero ni siquiera así pudo serlo hasta que fue a San Francisco a vivir realmente ―detalla el compositor― La parte donde digo que muere de una ‘rara enfermedad’ es un invento, pero sí murió solo en un hospital”.
Esta canción fue un parteaguas en su carrera musical que lo llevó a encabezar, junto a otros artistas, el fenómeno de la salsa romántica, donde se encuentran cantantes como Frankie Ruiz, Eddie Santiago, Willie González, y Marc Anthony, para quien compuso el tema “Y hubo alguien”. Gilberto Santa Rosa y Jerry Rivera también interpretaron sus temas, incluyendo el icónico “Amores como el nuestro”. “Está inspirada en mi actual esposa, cuando estábamos viviendo el inicio de nuestra historia de amor. En mis tiempos también se hablaba de las famosas sábanas blancas mojadas o peces tocando con sus narices las peceras, pero esta es una oda a los grandes amores, a los que no solo les importa el sexo, sino la eternidad”, explica Alfanno.
Un auténtico romántico
Basta con escuchar temas como “Esa mujer” interpretado por Tony Vega, “Una en un millón” y “Cuenta conmigo” interpretados por Jerry Rivera, o “Te conozco bien” en la voz de Marc Anthony, para entender que el romance que profesa Alfanno en sus canciones debe provenir de experiencias personales. En su caso, la inspiración lleva por nombre Carmen de Alfanno, quien actualmente es su representante y quien maneja las cuentas. Además de ser su compañera en todos sus viajes y aventuras.
“Ahora ser ‘compositor’ es tan simple como darle click a una aplicación y listo. Pero realmente querer ser uno es atreverse a entrar en una especie de sacerdocio. Nadie te va a graduar como compositor, es algo que si no naces sabiendo, te formas en el camino. Pero lo que distingue a un buen compositor es la musa, esa es la clave del éxito”, comenta el panameño.
Esta pasión por la composición lo mantiene pendiente de las nuevas propuestas musicales, incursionando a prestar su apoyo a artistas del género urbano como al también panameño Boza. “Cuando llego a componer con ellos, en la parte de la metáfora y juegos de palabras me dicen: ‘Maestro, con todo respeto, pero eso ya no va así’. Yo lo respeto eso, pero pienso aún en lo que escribí hace años: ‘A nadie le interesan ya los sentimientos’”, agrega.
Durante su estadía en la capital, el salsero disfrutó visitando los espacios salseros junto a su esposa y amigos cercanos. Aunque pocos días antes de partir de Lima, el icónico compositor de “El Gran Varón” se enteró del polémico decreto que considera a la identidad trans como una enfermedad mental. “Si se quiere declarar a los transexuales como enfermos, se tendría que declarar a la humanidad como enferma. Cada quien define lo que quiere hacer con su vida. Simón no era transexual, era homosexual, pero esta sigue siendo una noticia difícil de digerir”, concluye.
Por segunda vez, el famoso compositor volvió a Perú para dar el visto bueno de su nuevo tema "Este son es para ti" en La Bóveda Records, como parte del álbum tributo "En tiempo de Son: Homenaje a las Canciones de Omar Alfanno" del Septeto Acarey, que se estrenó el viernes pasado.