Hasta hace unos días, parecía que nada podía dañar la reputación de Plácido Domingo. Su voz, aquella que consagró al español como uno de los más grandes tenores de la historia reciente, era suficiente argumento en contra de las denuncias de acoso sexual que lo señalaban como un temible agresor. Sus seguidores en Austria así lo demostraron hace un par de semanas, durante el Festival de Salzburgo, al recibirlo de pie y con ovaciones, incluso antes de escucharlo interpretar la ópera “Luisa Miller” de Verdi. Qué mejor que el cariño del público para lavarle la cara en su primera aparición pública luego del escándalo.
Pero la situación se ha agravado. Ya no son solo nueve las mujeres que lo acusan de hostigamiento sexual en la década del 80, mientras él trabajó en Estados Unidos, sino que ahora se han sumado once nuevos testimonios. Fue la agencia Associated Press (AP) la que se encargó de recopilar las versiones que lo acusan de haber tenido un comportamiento abusivo. Domingo ha rechazado las acusaciones.
—Al detalle—
De las primeras nueve afectadas, solo una decidió identificarse. Patricia Wulf, a diferencia del resto, está retirada de la industria de la música clásica, por lo que no teme represalias. La ex-mezzosoprano relató que Domingo le hacía propuestas subidas de tono cuando ella destacaba en la Ópera de Washington y él era director artístico de esa institución.
A Wulf se ha sumado hoy Angela Turner Wilson, cantante que también decidió revelar su identidad. Ella también coincidió con Domingo en la Ópera de Washington, y asegura que él la tocó indebidamente.
—Hollywood bajo la lupa—
Las denuncias en contra de Plácido Domingo son una muestra más de la fuerza del movimiento #MeToo, que ha tenido en populares actores de Hollywood a sus principales acusados.
Tal como se recuerda, el año pasado Bill Cosby fue sentenciado (luego de haber sido denunciado por 60 mujeres) a entre tres y 10 años de cárcel por un crimen que cometió en el 2004: drogar y luego abusar sexualmente de una exjugadora de básquet. Según su portavoz, el actor vive una “experiencia increíble” en prisión y da clases a otros reos para mejorar su vidas.
Otro que fue investigado fue Kevin Spacey, quien siguió un proceso luego de que el actor Anthony Rapp lo acusara de obligarlo a tener sexo cuando tenía 14 años. A esta acusación se sumaron otras (como la que interpuso el hijo de la presentadora de TV Heather Unruh por acoso sexual) que causaron su despido de la serie “House of Cards”. Con ambos casos desestimados, Spacey decidió mantener un perfil más bajo, hasta que ayer se hizo viral un video en el que se le ve cantando “La bamba” en Sevilla.
Roman Polanski tampoco se ha salvado, aunque su caso data de antes del #MeToo. En 1977 él, de 44 años, fue acusado de violar a Samantha Geimer, de 13, tras darle una pastilla somnífera. La acusación parece que jamás llegará a buen puerto.
Morgan Freeman también apareció en el radar de #MeToo, luego de ser acusado por 16 personas de acoso sexual. Finalmente, los casos contra el actor fueron desestimados; todo indica que se trató de un engaño para desacreditar al célebre artista.