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“Veníamos de barrio y no supimos manejar el éxito”: Rata Blanca y su más sincera confesión
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“Veníamos de barrio y no supimos manejar el éxito”: Rata Blanca y su más sincera confesión

“Veníamos de barrio y no supimos manejar el éxito”: Rata Blanca y su más sincera confesión

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En una escena dominada por el desencanto urbano y los riffs de esquina, apareció como un artefacto fuera de época. Había dragones, brujas, hadas y una historia de amor imposible. Pero no era una novela de Tolkien: era un disco de metal hecho en Buenos Aires, grabado en castellano y lanzado en 1990. Contra todo pronóstico, funcionó. Y no solo funcionó: vendió más de un millón de copias, alcanzó el doble platino en Argentina y convirtió a Rata Blanca en leyenda.

El álbum fue el primero con Adrián Barilari como vocalista. Su voz melódica y poderosa se acopló a la perfección con los solos neoclásicos de Walter Giardino, guitarrista y fundador de la banda, quien entendía el metal como sinfonía. Desde la introducción instrumental hasta el último track, ese álbum fue su manifiesto hecho música. Una declaración de principios que fusionaba romanticismo y narrativa fantástica con la crudeza del rock duro.

El grupo se lanza al estrellato en los años 1990, destacándose como una de las bandas argentinas más populares de todos los tiempos. (Foto: @ratablancaoficial).
El grupo se lanza al estrellato en los años 1990, destacándose como una de las bandas argentinas más populares de todos los tiempos. (Foto: @ratablancaoficial).

“Magos, Espadas y Rosas fue un momento de gracia. Todo se alineó: la banda, la energía, las canciones. Eso, con suerte, solo te pasa una vez en la vida —recuerda Giardino—. Estábamos muy unidos, tocando mucho, y eso se notaba. Las canciones salieron desde un lugar muy honesto. No estábamos buscando el éxito. Pero llegó, y con fuerza.”

Desde entonces, “La leyenda del hada y el mago”, “El beso de la bruja” o “Haz tu jugada” se convirtieron en himnos que cobran nueva vida en una rockola o en alguna playlist de Spotify. Con sus solos extensos, letras cargadas de imágenes místicas y una puesta en escena cercana al cuento épico, Rata Blanca se redefinió tras su lanzamiento.

La maldición del éxito

El álbum que hoy celebra su 35 aniversario fue el mismo que casi separa a Rata Blanca. Tras un éxito rotundo con temas como “Mujer Amante”, los integrantes de la banda de metal argentino sintieron, por primera vez, el vértigo del estrellato. Y con él, llegaron las grietas.

“Fue casi el fin de Rata Blanca. Nosotros veníamos del barrio, con una guitarra en la mano y muchas ilusiones, tener fama casi nos destruye. La gente empieza a hablarte al oído —revela Giardino—. Te dicen: ‘vos podrías ser solista’, ‘merecés más protagonismo’, ‘esto no sería nada sin vos’. Y a veces esas voces no vienen de afuera, sino de adentro del entorno. Ahí se empieza a perder el foco, el éxito es un animal difícil de domar.

Portada original del álbum que profundizó en las temáticas de corte místico y épico, características del power metal, las cuales ya aparecían, aunque de manera menos enfática, en el primer álbum de estudio del grupo con el cantante Saúl Blanch. (Foto: Difusión)
Portada original del álbum que profundizó en las temáticas de corte místico y épico, características del power metal, las cuales ya aparecían, aunque de manera menos enfática, en el primer álbum de estudio del grupo con el cantante Saúl Blanch. (Foto: Difusión)

La química que había hecho posible el disco empezó a tambalear. Las exigencias aumentaban, los egos se inflamaban y las decisiones ya no se tomaban entre amigos. Había un nuevo lenguaje en juego: el de los contratos, los porcentajes, las entrevistas, los rankings. En algún punto, la banda dejó de tocar solo para su público y empezó a tocar también para una industria que exigía continuidad y resultados.

Lo que había nacido como una aventura musical entre jóvenes idealistas comenzó a mutar en un campo minado. Aun así, Rata Blanca sobrevivió. Y no solo eso: con el tiempo, consolidó su lugar como una de las bandas más influyentes del rock duro en español. “Se quedaron los que tenían que hacerlo, y así seguimos resistiendo”, menciona el cantante.

Después sobrevendrían otros retos, como su relación con el tema “Mujer Amante”, el cual no siempre fue una canción que desearan tocar, más allá de las exigencias del público. “Éramos muy ingratos con ese tema. Estaba la pregunta constante de: ¿cómo odias algo que todo el mundo ama? Fue insostenible odiarlo. No podíamos negar esa conexión entre el público y la canción solo porque nos saturaba”, explica Giardino.

Reconciliados con su pasado y sus cicatrices, hoy vuelven a los escenarios para tocar esas mismas canciones que los llevaron al borde del abismo. Ya no como una agrupación que busca glorias nuevas, sino como bardos de fantasía que pregonan, al compás de guitarras y voces imposibles, historias que siguen emocionando a quienes aún creen en la magia del rock.

Sobre el show:
35 ANIVERSARIO “MAGOS, ESPADAS Y ROSAS”

Fecha: 25 de julio      

Lugar: Anfiteatro del Parque de la Exposición

Horario: 6:00 p.m.

Entradas disponibles en Teleticket.

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