Érika Villalobos no siempre se imaginó como actriz. Alguna vez pensó en ser médica como su padre o arquitecta creativa. Pero cuando empezó a buscar el trabajo de sus sueños, el trabajo de sus sueños la encontró a ella. Llegó a la actuación de casualidad y ahora no podría estar apartada de esta. La artista se prepara para asumir uno de los retos actorales más demandantes y satisfactorios de una carrera de más de 25 años: protagonizar “Da Capo” (”Volver a empezar”), puesta en escena en la que sufrirá varias transformaciones, todas extremas, pero con gran esencia.
Junto a Villalobos Arana y al actor Joaquín Escobar, más de 100 voces infantiles y juveniles que conforman el prestigioso coro Voces del Sol, dirigidos por Claudia Rheineck, darán vida a “Da Capo”, un cuento original escrito por Juan Carlos Rheineck inspirado en “Fausto”, de Goethe y adaptado en guion por Paola Vicente. Se presentará el 15 y 16 de octubre en el Gran Teatro Nacional. Las entradas están a la venta en Teleticket.
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“Este proyecto increíble nació antes de la pandemia, ya habíamos comenzado a ensayar y teníamos fecha de estreno cuando se paralizó todo y tuvimos que postergarlo durante casi tres años. Hay mucha gente involucrada en este espectáculo, no podría estar más contenta de que por fin se haga realidad”, destaca la actriz.
En esta mágica puesta en escena, Érika interpreta a Elisa, una mujer que ha llegado al final de su vida con la seguridad de no haberla disfrutado. Reemplazó el contacto humano con las maravillosas historias de sus libros y si bien antes eso le era suficiente, ahora solo siente un profundo vacío, el cual consigue llenar tras conocer a Dumas (Joaquín Escobar), un misterioso personaje que emerge de las sombras para hacerle una cautivadora oferta.
“Elisa es una mujer de edad que ha sufrido mucho, vive como amargada y triste, hasta que aparece Dumas y le ofrece vivir diferentes vidas a cambio de su alma. Ella acepta y llega a ser una loba, vive en una jauría de lobos, donde conoce el amor; también se convierte en una niña amazónica y en una directora de coros exitosa y feliz. No hay límites para las vidas que desea empezar, pero hay un contrato de por medio y, al final, tendrá que pagar un precio”, narra la actriz sobre los diferentes roles que asumirá en las tablas.
“No será fácil, hay que trabajar mucho el cuerpo porque cada personaje tiene una expresión corporal distinta, será un reto porque, además, son experiencias diferentes, y yo estoy bastante lejos de ser una niña amazónica, a pesar de que uno no pierde el alma de niño, el cuerpo ya está oxidado. Hay que trabajar a partir de lo que uno recuerda, de las experiencias, de los niños que ves, de tus hijos”, detalla la artista nacional.
—Alguna vez, Paul Vega dijo que “lo más complicado de ser actor es que te metes en la piel de tantas personas que al final no sabes bien quién eres”. ¿Es así? ¿Es verdad que cuesta mucho desligarse del personaje?
Dependiendo de qué personaje y de cuánto tiempo lo hayas interpretado, sí cuesta. Recuerdo que cuando grabé la película “Atacada”, Andrea (una mujer violentada sexualmente) se guardaba todo, no exteriorizaba nada, acumulaba mucha carga emocional, y yo llegaba a casa con dolor de espalda. Un año después, durante el estreno, apenas empezó la película, estaba sentada al costado de Carlos Alcántara y me comenzó a doler la espalda. Fue increíble.
—¿Cómo logras desvincularte de un personaje con tanta carga emocional antes de que afecte tu salud o tu vida? ¿Recurres a terapias?
Ahorita estoy haciendo una obra de teatro en el Julieta (”Los Monstruos”) y es tanto lo que tengo que trabajar que tengo el cuerpo tronchado, y uno tiene que ir sacándolo de a pocos, cuesta. No he tenido que recurrir a especialistas, pero creo que depende de lo que pasa con cada una de las situaciones, los personajes son diferentes y de acuerdo a eso uno se da cuenta si lo puede hacer sola o no.
—¿Elisa tiene algo de ti?
Siempre los personajes tienen algo de ti, en principio tiene mi cuerpo, soy yo, así que por lo tanto tiene algo de mí. Esta mujer ha vivido mucho tiempo amargada, no ha llegado a encontrar la felicidad, no es el caso mío porque yo trabajo en lo que me encanta y me considero muy afortunada por eso; pero también hay cosas que no he podido hacer.
—¿Qué cosas aún no has podido hacer?
Me gusta mucho escribir, y me gustaría seguir haciéndolo, porque es algo que me encanta, el mundo de la dramaturgia me parece maravilloso, quisiera explorarlo más, escribir para teatro, musicales.
—¿Es verdad que preparan un gran concierto de Torbellino para diciembre?
De ese tema no te puedo decir nada, no estoy autorizada.
—¿Qué representa la actuación en tu vida?
Realmente, no había pensado desde un inicio ser actriz, pero me encontré con este mundo maravilloso en el que me siento cómoda, le agrega mucho a mi felicidad porque puedo hacer cosas distintas, diferentes personajes, trabajar con diferentes personas, es muy entretenido, es un constante aprender. Lo es todo para mí.
—¿También es liberadora?
Claro que sí, es tremendamente liberadora porque entras a otros mundos que de otra forma no podrías entrar; pero también es estresante porque muchas veces te quedas con las cargas que a veces tienen los personajes.
—¿Cómo lidias con ese público que a través de las redes sociales hurga en la vida privada?
Las redes sociales es una locura, pero yo siempre agradezco muchísimo al público que está ahí, que ve mi trabajo, porque finalmente uno como actor, como artista, no es nada sin este. Yo entrego mi trabajo, mi vida personal es mía.
—¿Cómo va la relación con Aldo Miyashiro?
Solo te voy a decir que estoy muy bien, no te quiero hablar de ese tema porque luego nos olvidamos de “Da Capo”.
—¿Cómo te encuentras en esta etapa de tu vida?¿Cómo la defines?
Estoy viviendo una etapa hermosa porque estoy repleta de trabajo hasta fin de año. Me siento afortunada porque puedo darme el lujo de escoger proyectos que me encantan, qué más puedo pedir. Estoy en un momento muy hermoso de mi carrera, haciendo cosas maravillosas como “Da Capo”, que me llenan de energía y alegría.
“Da Capo” se presentará el sábado 15 de octubre a las 8:30 p.m. y el domingo 16 de octubre a las 5:00 p.m. en el Gran Teatro Nacional. Los tickets que fueron vendidos para el 25 de marzo de 2020, serán reprogramados para el 16 de octubre.