El partido ya terminó y la España de Luis Enrique todavía sigue con la pelota. Tocándola de lado a lado, esperando que algo pase, una fisura, una gotera, un descuido. Si hace falta, mandan la pelota hacia atrás para comenzar de nuevo esa larga ruta hacia el gol que a muchos maravilla y a otros provoca bostezos. La posesión, ese dilema, es insulsa sin desequilibrio, como una paella sin azafrán.
TE PUEDE INTERESAR
- Busquets: el único sobreviviente del título mundial del 2010 logra un récord, pero no trasciende
- Descubridor de Neymar: “Lo veo muy preparado para llevar a Brasil al hexacampeonato”
- Mbappé, Pelé, Muhammad Ali: ¿el goleador de Qatar 2022 va camino a llegar a la altura de esos monstruos?
- Qatar 2022: once razones por las que ha valido la pena madrugar dos semanas para ver el mundial