A mediados de este año, el analista político salvadoreño Luis Alvarado visitó Soyapango, municipio que hoy vive cercado por diez mil militares. Por orden del presidente Nayib Bukele, nadie puede entrar ni salir sin ser identificado por las fuerzas del orden que buscan día y noche a los miembros de las huestes de la Mara Salvatrucha y Barrio 18. “La gente me recomendaba que no saliera de noche, solo de día, que si me pedían dinero en la calle lo diera sin decir nada. No hay duda de que el lugar le pertenece a esas organizaciones”.