La difusión de la orden de registro por la que agentes del FBI entraron esta semana en la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago reveló detalles sobre la investigación que se sigue sobre el expresidente.
Un juez federal hizo pública este viernes la orden emitida por el Departamento de Justicia de EE.UU. que autorizó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) a registrar la mansión de Trump en el sur de Florida.
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El allanamiento se produjo el pasado lunes y los agentes del FBI se llevaron varias cajas con documentos, algunos de ellos clasificados y considerados de alto secreto.
El documento explica que la Fiscalía General de EE.UU. investiga al exmandatario por presunta obstrucción a la justicia y una posible violación de la Ley de Espionaje.
La orden autorizó a los agentes del FBI a incautar todo tipo de evidencia que pudiera revelar esfuerzos por parte de Trump para retener de manera ilegal documentos que pudieran ayudar a adversarios de EE.UU., o para esconder o destruir documentos del gobierno estadounidense.
Trump niega haber cometido cualquier tipo de acto indebido. Dice que los documentos no estaban clasificados y estaban a salvo.
Lo que se llevó el FBI
El documento divulgado por el juez que incluye la orden de allanamiento tiene una longitud total de siete páginas y enumera todos los elementos que los agentes se llevaron de la casa del exmandatario.
El listado hace mención a una caja recubierta de cuero llena de documentos, un documento con el título "info re: President of France" (presidente de Francia) y una solicitud de clemencia redactada a nombre del estratega político Roger Stone, un aliado de Trump de vieja data.
El listado también muestra que los agentes encontraron documentos marcados con las siglas "TS", es decir top secret o ultrasecreto, y "SCI", es decir información sensible compartimentalizada.
También se hace mención a "documentos secretos varios".
La orden incluye la firma de la abogada de Trump, Christina Bobb, quien estuvo presente durante el allanamiento.
¿Qué buscaban los agentes?
La orden explica que estaban en búsqueda de:
- Cualquier documento físico con las marcas de “clasificado”, al igual que cajas y contenedores.
- Detalles sobre el almacenamiento o transmisión de información relacionada con la defensa nacional o material clasificado.
- Cualquier registro gubernamental y/o presidencial del mandato de Trump.
- Cualquier evidencia que revelara alteración intencional, destrucción u ocultamiento de cualquier registro gubernamental y/o presidencial, o cualquier tipo de documento marcados clasificados.
La orden de registro muestra que los agentes del FBI buscaban posibles indicios de violaciones a la Ley de Espionaje, que prohíbe mantener o transmirir información de seguridad nacional potencialmente peligrosa.
La retirada de documentos o materiales clasificados está prohíbida por ley. De hecho, el propio Trump aumentó el castigo para este delito cuando estaba en la Casa Blanca y ahora se penaliza con hasta cinco años de cárcel.
La orden precisa que los lugares registrados en Mar-a-Lago incluían una zona llamada la "oficina 45" (Trump fue el presidente número 45 de EE.UU.) y salas de almacenamiento, pero no habitaciones privadas usadas por Trump y su personal.
Un allanamiento “sin precedentes”
Un portavoz del exmandatario habló con la cadena estadounidense socia de la BBC, CBS News, y dijo: "El gobierno de Biden está claramente en modo de control de daños después del allanamiento fallido".
El portavoz de Trump Taylor Budowich afirmó: “Este allanamiento del hogar del presidente Trump no solo no tiene precedentes, sino que fue innecesario. Y ahora están filtrando mentiras e insinuaciones para intentar darle explicaciones al uso del gobierno contra su dominante oponente político. Esto es inaudito”.