Después de votar el martes en el condado de Cameron, en Texas, Elon Musk se apresuró a volar a Florida para ver los resultados de las elecciones junto a Donald Trump en Mar-a-Lago, la residencia y club privado del exmandatario. Desde ahí usó su cuenta de X para publicar predicciones negativas sobre el desempeño de los demócratas y frases triunfalistas en las que se incluía como protagonista del triunfo republicano en la contienda electoral. Entre esos mensajes había un meme de sí mismo en la Oficina Oval y una foto suya tomada ese día en el círculo más cercano del nuevo presidente.
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“El futuro será fantástico”, dijo el hombre más rico del mundo a los más de 200 millones de seguidores que acumula en su red social. En los últimos seis meses, Musk tuvo una participación histórica para un gurú tecnológico en la campaña electoral estadounidense. No solo donó más de 120 millones de dólares a la campaña de Trump y ayudó a movilizar a los votantes en los estados decisivos para esta elección, sino que usó su cuenta de X como un megáfono de las ideas del republicano, incluso aquellas que difundían sin pruebas teorías conspirativas o informaciones sobre un supuesto fraude electoral.
La imagen del dueño de Tesla, SpaceX y X saltando por los aires junto al republicano durante un mitin en octubre en Butler, Pensilvania, alcanzó casi tanta popularidad como el sorteo –que muchos consideran ilegal– de un millón de dólares diarios que el multimillonario tecnológico lanzó en las últimas semanas para beneficiar a quienes se comprometían con su causa.
Musk apostó todo a Trump y con su triunfo él también ganó. El aumento de su influencia quedó demostrado esta semana. Además de acompañar al líder republicano cuando se enteró de su victoria ante la vicepresidenta Kamala Harris, el empresario participó en una llamada entre el mandatario electo y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Su billetera también creció. La subida de las acciones de Tesla tras las elecciones elevó su patrimonio neto total a 285.000 millones de dólares, según “Forbes”.
Cada vez más influyente
El empresario sudafricano –nacionalizado estadounidense en el 2002– es un hombre de negocios y está dispuesto a recuperar su inversión. El propio Trump, que recibió con brazos abiertos la ayuda del magnate, le ofreció durante la campaña encabezar una comisión de eficiencia gubernamental si ganaba la elección. “Ha nacido una estrella: ¡Elon!”, dijo el republicano en su discurso de victoria.
¿Cuál será la influencia de Musk en el Gobierno? Por lo pronto, los medios estadounidenses apuntan que el multimillonario, un importante contratista del Gobierno, está planteando sus peticiones para un entorno regulatorio más amigable.
Sus intenciones no son un secreto. Musk ha acusado a los demócratas de impedir el desarrollo tecnológico y la innovación poniendo trabas burocráticas que tachó de una amenaza para la humanidad. En respuesta, Trump se ha mostrado favorable a que Musk desempeñe un papel que le permita recomendar formas de recortar el gasto gubernamental. “Tenemos que hacer que la vida de nuestra gente inteligente sea mejor”, dijo en julio.
El diario “The New York Times” afirmó el jueves que Musk ya ha pedido a Trump contratar a varios empleados de su empresa SpaceX como altos cargos del Gobierno, incluyendo el Departamento de Defensa, uno de sus principales clientes. Esta agencia depende en gran medida de SpaceX para la capacidad de lanzamiento de naves al espacio. Y no solo eso. Algunos expertos han alertado que Tesla y SpaceX pueden esperar un menor escrutinio del Departamento de Justicia al contar con la confianza del presidente.
La cercanía con Trump es un punto de partida favorable para Musk. Sin embargo, hará falta ver qué tanto margen de acción obtiene finalmente del Gobierno, sobre todo si se considera que los miles de millones de dólares en contratos que las empresas de Musk tienen con las agencias de la Casa Blanca plantean un evidente conflicto de intereses, como señala el analista internacional Francisco Belaunde.
“Es claro que Musk no solo va a ser un aliado desde el punto de vista de que es un gran empresario, sino que aparentemente va a tener un cargo en la Casa Blanca para agilizar la burocracia, como dijo Trump. Es un caso bastante curioso. Pero no hay que olvidar el tema del conflicto de intereses que se va a plantear y que es un tema complicado. Es un gran empresario que va a tener una gran influencia en el gobierno que viene”, dice a El Comercio.
¿En la Casa Blanca?
Si bien Musk saltó al mundo político en esta elección, aún no es claro si tendrá un cargo de peso en el Gobierno. El analista internacional Óscar Vidarte lo ve poco probable. “Yo no creo que Elon Musk tenga un gran papel. Los empresarios, sobre todo los más exitosos como él, no quieren quemarse en la vida pública, más aún cuando están insertos en procesos de grandes cambios y transformaciones donde tienen tantas cosas que hacer. Yo no veo a Elon Musk asumiendo un rol muy importante, sino que creo que va a ser un aliado dentro del mundo de la tecnología”, señala.
Como mínimo, Musk –que por haber nacido en Sudáfrica nunca podrá ocupar el cargo de presidente ni de vicepresidente– va a saber aprovechar la buena relación que tiene con el nuevo presidente de Estados Unidos. Al llegar a Florida el martes, el empresario dijo en X que no tenía planes de limitar sus ambiciones políticas. A la vez, anunció que America PAC, el súper PAC que aportó decenas de millones de dólares para movilizar a los votantes del republicano, seguirá activo e “influiría mucho” en las carreras judiciales y las elecciones intermedias del 2026.
“Lo que parece claro es que Musk probablemente obtendrá algún tipo de beneficio por sus esfuerzos para ayudar a Trump a conseguir un segundo mandato. Las próximas semanas y meses darán más claridad sobre cuáles serán esos beneficios”, apunta “The New York Times”.