Carles Puigdemont, el expresidente catalán y cabeza del procés -como se conoció al intento separatista que incluyó un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional español a fines del 2017-, reapareció en Barcelona luego de casi siete años prófugo para intentar alimentar el sentimiento separatista en medio de su punto de menor apoyo en los últimos años.
MIRA: Carles Puigdemont: expresidente catalán y líder independentista reaparece brevemente en España, pero se esfuma
Un escenario instalado frente al Arco del Triunfo de Barcelona sirvió para que el líder secesionista se dirigiera a cientos de simpatizantes que acudieron al lugar desde las 8 a.m. del jueves 8. Luego de su discurso, en el que agradeció los “esfuerzos” de sus “compatriotas” por continuar con “su objetivo de independencia” y asegurar que “nadie desde la política tiene derecho a renunciar a un derecho que es colectivo”, en referencia a la autodeterminación, Puigdemont gritó “¡Visca Catalunya Lliure! (Viva Cataluña libre)” y salió raudamente del escenario.
Puigdemont se dirigió a una carpa instalada junto al escenario y luego abordó un auto que le esperaba para alejarse a toda velocidad. La policía local instaló posteriormente un plan de control vehicular en Barcelona que tuvo que levantar horas más tarde al no conseguir resultados; sin embargo, mantenía una vigilancia especial sobre las salidas de la ciudad.
Sobre el líder separatista existe una acusación de malversación por presuntamente haber desviado fondos públicos para su causa y la justicia investiga también si obtuvo ayuda de Rusia durante el proceso secesionista.
Tras la celebración del referéndum, Puigdemont fue cesado de su cargo y requerido por la justicia pero consiguió huir hacia Bélgica mientras que varios de sus compañeros terminaron presos. Desde entonces, España ha intentado conseguir una extradición de Bélgica, Alemania e Italia (en estos dos últimos países fue detenido en los años 2018 y 2021, respectivamente), pero los recursos fueron negados pues el separatista se vio amparado por su condición de eurodiputado.
Pero, ¿por qué habría decidido aparecer ahora en Barcelona? “Es una persona a la que le gustan los efectos teatrales, habría que ver en qué género se engloba, puede ser una comedia u otro menos dramático quizás. En cuanto al momento, el Parlamento de Cataluña había programado la elección del nuevo presidente de la Generalitat (gobierno regional). Puigdemont habría anunciado que llegaría a la ciudad para impedir la elección del candidato socialista y exministro de Salud Salvador Illa, pero tal como estaba previsto, y gracias al voto del otro gran partido nacionalista (la Esquerra Republicana, ERC), sucedió la investidura”, comenta a El Comercio el internacionalista español y director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, Enrique Banús.
- Una nueva fuga -
Durante su rauda salida del evento, Puigdemont estuvo acompañado del secretario general de su partido Junts per Catalunya, Jordi Turull, un bombero y dos miembros de los Mossos d’Esquadra, la policía catalana.
Ambos agentes han sido detenidos por la policía en el marco de las investigaciones y se sospecha que uno de ellos incluso proporcionó el vehículo en el que huyó Puigdemont.
La llegada del líder separatista causó inmensa expectativa durante los últimos días ya que se creía que reaparecería amparado por el proceso de amnistía impulsado por el jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, y que podría beneficiar a cientos de secesionistas que participaron del proceso del 2017. El Tribunal Supremo, sin embargo, ha impugnado la publicación de esa norma aprobada por el Congreso.
La oposición, liderada por el Partido Popular (PP), y el ala más conservadora de la política española, han señalado a Sánchez como el facilitador de la nueva huida de Puigdemont.
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, calificó la reaparición como una “humillación insoportable” que dañaba la reputación del país.
Banús, sin embargo, considera que la política nacional difícilmente cambiará mucho con la reaparición que calificó mas bien como un “acto simbólico”. “Según las imágenes no parece que haya sido un acto multitudinario, pero se escogió un lugar emblemático como el Arco del Triunfo de Barcelona para realizarlo. Fue sobre todo un gesto, un acto simbólico que no creo que vaya a tener muchas consecuencias políticas a nivel nacional porque hay frentes claros. El Partido Popular está absolutamente en contra de la ley de amnistía y Pedro Sánchez está dispuesto a seguir adelante con su polémico plan para poder seguir gobernando, pese a que una parte de su partido no está de acuerdo con ello. Viejas glorias del socialismo y varios presidentes regionales actuales le han dicho que no están de acuerdo con el plan que más que amnistía parece de concesión, sobre todo en temas económicos, porque temen que termine conduciendo hacia una federalización de España”, comenta el analista.
Puigdemont ha dedicado su carrera al objetivo de formar un nuevo país en el noreste de España, una lucha de varias décadas, y a menudo ha ignorado a las autoridades. Su actitud, en gran medida intransigente, le ha granjeado conflictos políticos con otros partidos secesionistas y con el gobierno central.
“En el nacionalismo catalán, como en todos los nacionalismos, hay una serie de fijaciones mentales que no se modifican por la realidad. Quienes lo han declarado un mártir lo seguirán haciendo, pero a la vez veamos que el otro partido, el ERC, es más fuerte en estos momentos”, agrega al respecto Banús.
Sin embargo, el experto también recalca el momento por el que atraviesa el movimiento, considerado el de menor apoyo de los últimos 15 años. “Incluso el ERC perdió las últimas elecciones, entonces está claro que el nacionalismo catalán, en general, está en declive. Las encuestas muestran cada vez menos personas a favor de la independencia y eso también se relaciona con que han estado en el gobierno durante muchísimos años y la situación no ha mejorado tanto, de hecho económicamente ha empeorado por la salida de muchas empresas”, señala.
En efecto, según el Barómetro 2024 difundido por el Centro de Estudios de Opinión en julio, el 53% de catalanes se mostró en contra de la separación, mientras que el 40% se mostraba a favor. Si comparamos los resultados del estudio anterior, realizado en marzo de este año por el mismo centro, veremos que entonces el 51% se oponía a la medida y el 42% la apoyaba.
“Hay gente desencantada, quienes creen que es el camino, quienes admiran a Puigdemont y quienes le dirán que si realmente quiera un cambio afronte las consecuencias. Sobre todo porque a él se le acusa de malversación de fondos, ahí nada tiene que ver con la amnistía sino que deberá escuchar lo que decida un juez”, resume Banús.
TE PUEDE INTERESAR
- Harris vs. Trump: cifras récord y cómo va la batalla por la recaudación de fondos en la contienda por la Casa Blanca
- ¿De qué se acusa a María Corina Machado y Edmundo González Urrutia y qué posibilidades hay de que sean arrestados?
- Qué se sabe de la sorpresiva incursión de Ucrania en la región rusa de Kursk, que declaró el estado de emergencia