Quiénes son los 4 sospechosos del ataque en Moscú que comparecieron golpeados ante un juez

Golpeados y con evidentes signos de tortura fueron presentados el domingo ante un juez los cuatro sospechosos de ser los autores materiales del ataque en Moscú que el viernes dejó 137 muertos. Todos han sido acusados de cometer un acto de terrorismo y podrían ser condenados a cadena perpetua.

Tres de los sospechosos estaban encorvados y con los rostros morados cuando los condujeron a la sala del tribunal de Moscú, incluso a uno de ellos le faltaba una oreja, mientras que el cuarto permanecía en una silla de ruedas, con bata de hospital y parecía inconsciente.

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El pasado viernes, hombres armados irrumpieron en la sala de conciertos Crocus City Hall, en Krasnogorsk, un suburbio del norte de Moscú, y dispararon contra el público. En ese momento, más de 6.000 personas asistían a un concierto de rock. Cuatro atacantes quedaron registrados por las cámaras de seguridad mientras perpetraban la masacre, incluso uno de ellos degüella con un cuchillo a un herido.

El Estado Islámico del Khorasán (ISIS-K) reivindicó la autoría del ataque.

Los investigadores rusos dicen que las cuatro personas presentadas el domingo son precisamente los autores materiales de la matanza.

Los sospechosos son de la ex república soviética de Tayikistán. Trabajaban en Rusia con visas temporales o vencidas. El Tribunal Municipal de Moscú los identificó como Dalerdzhon Mirzoyev, Saidakrami Rachabalizoda, Shamsidin Fariduni y Mukhammadsobir Fayzov.

El lunes, el presidente Vladimir Putin describió a los sospechosos como “islamistas radicales” y reiteró su acusación de que Ucrania podría haber desempeñado un papel en el ataque, algo que Kiev ha negado de manera reiterada.

Esto es lo que se sabe de los cuatro sospechosos:

Dalerdzhon Mirzoyev tiene de 32 años. De acuerdo con la agencia AP, podría haber estado viviendo en Rusia como indocumentado.

El domingo fue mostrado ante el juez y la prensa sentado en una jaula de cristal. Tenía un ojo morado, la cara magullada producto de los golpes y una bolsa de plástico alrededor del cuello. Por momentos parecía que le faltaba la respiración y tenía la mirada perdida. En una fotografía divulgada inmediatamente después de su arresto, Mirzoyev no presentaba esas marcas en el rostro.

La prensa rusa sostiene que es él quien aparece en un escalofriante video del Estado Islámico degollando a un herido.

La agencia AP indica que Mirzoyev había obtenido un permiso de residencia de tres meses en la ciudad de Novosibirsk, pero esta ya había caducado.

Tras su arresto, dijo a sus interrogadores que desde hace poco tiempo estaba viviendo en un albergue de Moscú con otro de los sospechosos.

El tribunal donde compareció el domingo dijo que Mirzoyev está casado y tiene cuatro hijos.

Saidakrami Murodali Rachabalizoda tiene 30 años y está desempleado. Manifestó al tribunal a través de un intérprete que tiene documentos de residencia en Rusia pero que no recordaba dónde están, de acuerdo con CNN.

Cuando compareció el domingo ante el tribunal, tenía una venda a la altura de la cabeza. Según informes de medios rusos, las fuerzas de seguridad le cortaran una oreja. También estaba con los ojos morados.

El tercer sospechoso es Shamsidin Fariduni, de 25 años. Cuando apareció el domingo tenía parte del rostro hinchado.

Estaba registrado en Krasnogorsk, el suburbio de Moscú donde tuvieron lugar los asesinatos, y trabajaba en una fábrica, indica AP.

De acuerdo con los medios rusos, le dijo a los interrogadores que le ofrecieron 500.000 rublos (unos 5.425 dólares) por llevar a cabo el ataque. Este dinero equivale a unos dos años y medio del salario medio en Tayikistán, precisó AP.

Los tres hombres se declararon ante el juez culpables de los cargos de terrorismo, informaron los medios rusos.

Mukhammadsobir Fayzov, de 19 años, es el cuarto sospechoso. Fue llevado a la sala del tribunal en una silla de ruedas. Tenía un catéter colocado en el cuerpo y un ojo herido o faltante. En un momento pareció desvanecerse hasta perder el conocimiento.

La prensa rusa informó que Fayzov trabajó como aprendiz en una barbería en la ciudad textil de Ivanovo, pero dejó ese trabajo en noviembre.

No pronunció palabras durante su comparecencia.

En las redes sociales rusas han circulado videos donde se ve a los cuatro sospechosos siendo golpeados mientras estaban detenidos y durante los interrogados.

El juez determinó dos meses de prisión preventiva para los cuatro.

CNN dijo que preguntó al Kremlin sobre los “signos visibles de violencia” cometidos contra los sospechosos, pero el portavoz Dmitry Peskov se negó a hacer comentarios.

El Estado Islámico de Khorasán (ISIS-K) nació de manera oficial a finales del año 2014, cuando juró lealtad a Abu Bakr al Bagdadi, entonces jefe máximo del Estado Islámico que había proclamado en junio de ese año un califato islámico en Irak y Siria.

ISIS-K surgió en el este de Afganistán, país donde actualmente tiene su base, y rápidamente se ganó una reputación de brutalidad extrema. Son enemigos de los talibanes, que volvieron al poder en el 2021, coincidiendo con el retiro de las tropas de Estados Unidos que estaban en la nación desde el 2001.

En cuanto a sus objetivos, el ISIS-K pretende restablecer su propio califato en Asia Central, en una región histórica llamada “Khorasan”, a caballo entre Afganistán, Irán, Pakistán y Turkmenistán, explica la agencia AFP.

En el 2021, Naciones Unidas calculó que el ISIS-K tendría entre 500 y varios miles de combatientes en Afganistán, principalmente en el norte y el este del país, y dispone de células en Kabul.

Desde el 2020 es dirigido por el misterioso Shahab al Muhajir, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares.

De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en junio del 2020, el liderazgo central del Estado Islámico nombró a Shahab al Muhajir, también conocido como Sanaullah Ghafari, líder de ISIS-K.

Nacido en 1994 en Afganistán, Al Muhajir es responsable de aprobar todas las operaciones del ISIS-K y de conseguir la financiación para llevar a cabo las acciones terroristas.

“El grupo armado se ha convertido en pocos años en un conglomerado de antiguas organizaciones yihadistas, entre ellas uigures y uzbekos, o talibanes desertores”, explicó a la agencia AFP Jean-Luc Marret, investigador de la Fundación para la Investigación Estratégica.

Hasta el 2020, el ISIS-K era una organización que estaba en decadencia, explica AFP. La dirigencia de la organización terrorista había sido diezmada por los ataques estadounidenses.

Pero la llegada de Al Muhajir “desembocó en un cambio radical para la organización, que pasó de ser una red fragmentada y debilitada a la temida falange que es hoy”, dijo a la AFP Abedul Sabed, experto en temas de seguridad en el Medio Oriente.

Bajo su dirección, los combatientes clandestinos “hicieron hincapié en la guerra urbana y la violencia simbólica”, siguió Sabed.

El ISIS-K tiene un largo historial de ataques dentro y fuera de Afganistán. Entre sus blancos figuran hasta mezquitas.

En el 2021, el ISIS-K reivindicó más de 220 ataques en Afganistán, incluidos tres atentados suicidas mortales desde que los talibanes volvieron al poder: contra el aeropuerto de Kabul, una mezquita en la capital y otra mezquita chita en Kunduz.

El atentado contra el aeropuerto en agosto del 2021, cuando Estados Unidos se retiraba del país, dejó más de 100 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses. Mientras que el de Kunduz acabó con la vida de 55 personas.

En setiembre del 2022, militantes del ISIS-K reivindicaron la autoría de un atentado suicida contra la embajada rusa en Kabul.

A principios de este año, Estados Unidos interceptó comunicaciones que confirmaban que el ISIS-K perpetró dos atentados con bomba en Irán en los que murieron casi 100 personas.

Este mes, el principal general estadounidense en Medio Oriente alertó que ISIS-K podría atacar intereses estadounidenses y occidentales fuera de Afganistán “en tan sólo seis meses y con poca o ninguna advertencia”.

En cuanto a su relación con los talibanes, ambas organizaciones son sunitas y por momentos combatieron juntos, pero actualmente son enemigos. Los talibanes se ciñen al territorio de Afganistán, mientras que el ISIS-K busca internacionalizar la guerra santa, explica AFP.

El ISIS-K también acusa de los talibanes de haberse “vendido a los estadounidenses”.