El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) anunció el miércoles que detuvo a un uzbeko como sospechoso del asesinato del teniente general Igor Kirillov, jefe Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química (NBQ) que murió un día antes en un atentado con bomba perpetrado en Moscú, un crimen por el que el país gobernado por Vladimir Putin ha prometido un “castigo seguro”. En tanto, influyentes blogueros y medios informativos ultranacionalistas presionan al Kremlin para que tome represalias enfocadas en asesinatos selectivos de líderes ucranianos antes que en bombardeos masivos.
El teniente general Kirillov fue asesinado al salir de su edificio acompañado de un asistente para dirigirse a su oficina. Ambos murieron en el ataque que fue ejecutado con una bomba que estaba adosada a una patineta eléctrica y que fue detonada a distancia. El atentado quedó registrado en video.
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Ucrania, a través de su Servicio de Seguridad (SBU), se tribuyó la autoría del asesinato, según declaró una fuente de seguridad de ese país la agencia AFP. Dijo que era un “objetivo legítimo” y calificó al militar como “criminal de guerra”.
Kirillov, de 54 años, estaba bajo sanciones de varios países como el Reino Unido y Canadá por sus acciones en la guerra de Rusia en Ucrania, iniciada en febrero del 2022.
Un día antes de su asesinato, el SBU había abierto una investigación criminal a Kirillov, tras acusarlo de dirigir el uso de armas químicas prohibidas en territorio ucraniano.
Este miércoles, el Comité de Investigaciones de Rusia informó que el FSB arrestó a un sospechoso.
“Un ciudadano de Uzbekistán nacido en 1995 fue detenido por sospechas de haber cometido el ataque que se cobró la vida del comandante de las fuerzas radiológicas, químicas y biológicas de defensa rusas, Igor Kirillov, y su asistente, Ilya Polikarpov”, indicó el comité en un comunicado.
Durante el interrogatorio, el sospechoso afirmó haber sido “reclutado por las fuerzas especiales ucranianas”, según el comité.
El comunicado agregó que el uzbeko llegó a Moscú a petición de los ucranianos, quienes le entregaron un artefacto explosivo que colocó en un patinete eléctrico que estaba estacionada cerca de la puerta del edificio donde vivía el general Kirillov.
El sospecho también alquiló un auto que estacionó cerca del edificio y donde estaba instalada una cámara de vigilancia, indicó AFP. El video grabado por la cámara fue retransmitido “en tiempo real a los organizadores del atentado, a la ciudad de Dnipró”, en el centro de Ucrania, dijeron los investigadores.
Cuando el general y su asistente salieron del edificio, el sospechoso activó a distancia el aparato explosivo, según el comunicado.
Al uzbeko se le prometió “una remuneración de 100.000 dólares” y la posibilidad de vivir “en un país europeo”, de acuerdo con los investigadores.
Las posibles represalias
El martes, el vicepresidente de Rusia, Dmitri Medvedev, amenazó con un “castigo” a Ucrania por el asesinato del general Kirillov.
“Un castigo seguro aguarda a los nazis banderistas, incluidos los principales líderes militares y políticos de un país en ruinas”, dijo Medvedev en un mensaje de condolencias a la familia y amigos de Kirillov.
Medvedev calificó la acción como un “ataque terrorista” que “demuestra la agonía” de Ucrania.
En Rusia, los influyentes blogueros militares y los espacios informativos ultranacionalistas llamaron al Kremlin a tomar represalias contra Ucrania apuntando a su liderazgo político-militar en lugar de “lanzar 100 misiles a la infraestructura energética ucraniana”, dijo el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) en un análisis sobre la situación.
¿Qué se puede esperar de las represalias? Para Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de Defensa e Inteligencia, Rusia podría optar por una combinación entre el incremento de los bombardeos masivos contra Ucrania y asesinatos selectivos de dirigentes militares ucranianos.
“El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, el SVR, ya había montado desde antes de la guerra una fuerte red de colaboradores e informantes que estaban infiltrados en el aparato público ucraniano, y la prueba es que la contrainteligencia ucraniana había detectado una gran cantidad de espías, de colaboradores y de informantes ucranianos al servicio de Rusia. Así es que el SVR ha demostrado que tiene capacidades sobre territorio ucraniano”, dijo Gómez de la Torre a El Comercio.
“Sin duda que habrá represalias. No se descarta una represalia desde el punto de vista convencional, con bombardeos clásicos y, eventualmente, asesinatos selectivos. Habría que ver en qué momento Rusia puede pasar a realizar acciones similares a las hechas por los ucranianos, que supongan la eliminación física de algunos jerarcas militares de Ucrania, bajo el principio de la proporcionalidad”, agregó.
Un bloguero militar ruso manifestó que la guerra está a solo ocho horas de Moscú y advirtió que Rusia sigue siendo vulnerable a los agentes ucranianos que trabajan dentro del país, según el ISW.
Otro bloguero militar afiliado al Kremlin señaló que el asesinato de Kirillov demostró una vez más que las fuerzas ucranianas son capaces de llevar a cabo operaciones complejas a pesar de los avances rusos en el frente de guerra.
El ISW dijo que otro bloguero militar afirmó que Rusia no puede ganar esta guerra solo lanzando bombas aéreas no guiadas y misiles hipersónicos balísticos Oreshnik a Ucrania, y que el país necesita destruir el liderazgo político-militar ucraniano.
Los antecedentes
Gómez de la Torre remarcó que los servicios de inteligencia de Ucrania, como el SBU, están particularmente activos y dependen directamente del presidente Volodymyr Zelensky. Recordó que han efectuado operaciones intrusivas en Rusia durante toda la guerra.
Una de esas acciones del SBU en territorio ruso le costó la vida al influyente bloguero militar Vladlen Tatarsky, quien fue asesinado en abril del 2023 cuando una bomba que estaba envuelta en un regalo destrozó un café donde estaba, ubicado en el centro de San Petersburgo.
Tatarsky tenía 40 años, apoyaba la guerra en Ucrania y solía enviar informes desde el frente de guerra a sus seguidores de Telegram.
Otro asesinato que tuvo un gran impacto en Rusia fue el de Darya Dugina, hija de Alexander Dugin, filósofo, escritor y teórico político partidario de la guerra en Ucrania y de la restauración del poder de Rusia y la unidad de todos los rusos étnicos. Se cree que el padre era el verdadero objetivo del ataque.
Darya Dugina, de 29 años, fue asesinada en agosto del 2022 cuando una bomba colocada en su camioneta y controlada a distancia explotó mientras conducía en las afueras de Moscú.
Ucrania negó la responsabilidad del ataque. Pero la inteligencia rusa identificó públicamente a dos sospechosos, ambos ciudadanos ucranianos.
“Sin duda, el asesinato del general Kirillov es una demostración de fuerza por parte del Gobierno Ucraniano, en el sentido de que puede llegar al corazón del aparato militar ruso. También quieren demostrar que los rusos no disponen de una gran contrainteligencia. Han podido penetrar el corazón castrense, la capital rusa, y han matado a un alto jerarca”, sostuvo Gómez de la Torre.
“Hay que recordar que el 11 de diciembre también fue eliminado en Moscú el ingeniero Mikhail Shatsky, altamente especializado en temas de misiles y cohetes rusos, de tal manera que tenemos dos atentados en una semana contra lo que se llama objetivos de alto valor, y esto supone un escalamiento en operaciones intrusivas en territorio ruso por parte de las fuerzas de seguridad de Ucrania”, remarcó.