Para el personal médico que lucha contra el COVID-19 en Brasil, es posible sentir cómo el peso del agotamiento y el colapso va creciendo sobre sus hombros. También el hartazgo va en aumento. Mientras los hospitales están rebasados por una pandemia que ya ha dejado más de 300.000 muertes en el país y causa más de 2.300 decesos al día en promedio en las últimas semanas, doctores y enfermeras ven con horror la ausencia de una estrategia clara para combatir el virus a nivel nacional.
“Esto es una calamidad pública, estamos viendo el colapso de nuestro sistema de salud”, dice a El Comercio el médico brasileño Joao Alho, profesor en la Universidade do Estado do Pará (UEPA) en Santarém.
LEE TAMBIÉN: Vicepresidente de Brasil admite que muertes por coronavirus “sobrepasaron el límite del sentido común”
”Tenemos problemas de abastecimiento de varios suplementos médicos. No hay enfermeros, médicos ni terapeutas para todos. Todos los profesionales de salud están sobrecargados, tanto física como emocionalmente. Todos los días estamos viendo morir casi a 3 mil personas en todo nuestro país”, narra el médico.
Isaac Schrarstzhaupt, científico de datos brasileño y coordinador del Grupo de Análisis COVID-19, explica que casi todos los estados del país presentan un exceso de pacientes graves en la Unidad de Cuidados Intensivos. Detalla que el estado de Amazonas –fronterizo con el Perú– colapsó en enero, mientras que los estados de Rio Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina lo hicieron en febrero.
“Estamos en aumento y no parece que vayamos a aplicar restricciones. Incluso con más de 3.000 muertes notificadas por día, estamos en camino de tener un número aún peor”, dice a este Diario.
Para los expertos las principales causas de esta situación son claras: la nula política pública de salud adoptada por el gobierno de Jair Bolsonaro y una sociedad que no combatió el virus de forma colectiva.
“Lo principal fue la actuación del gobierno. No hubo testeo ni rastreo de casos a gran escala. No se promovió el uso de mascarillas, ni el aislamiento social, tampoco hubo cuarentenas o cierres para evitar sufrir el colapso de los hospitales, la falta de oxígeno o el colapso de las funerarias. Hemos visto una falta total de planeamiento para la compra de vacunas y mucho negacionismo de la gravedad del virus. Además, el gobierno invirtió en tratamientos inocuos como la cloroquina y la ivermectina, sin respaldo científico. La falta de coherencia llevó al presidente a cambiar cuatro veces el ministro de salud en 12 meses”, dice a El Comercio el médico brasileño Jose Gallucci-Neto.
LEE TAMBIÉN: Brasil investiga una enorme oferta fraudulenta de 200 millones de vacunas contra el coronavirus
Medidas tardías
El galeno Joao Alho destaca que todos los ciudadanos tienen responsabilidad individual cuando no se quedan en casa o no hacen las cosas como deberían, “pero no hay duda que el mayor culpable del estado de catástrofe de Brasil es el presidente Bolsonaro”.
“Es un negacionista científico, no tengo otra palabra para definir a Bolsonaro que no sea un genocida. No es posible que estemos viviendo esta situación. Parece un proyecto para que mueran más y más brasileños. No hay ninguna preocupación. Él habla con desprecio, hace bromas cuando los periodistas le cuestionan la situación. No hay respeto para los muertos ni para sus familias, no hay respeto por los que están perdiendo sus empleos. La responsabilidad individual más grande la tiene el mandatario”, agrega el profesional de la salud brasileño.
LEE TAMBIÉN: Las filas del hambre avanzan en Brasil de la mano del coronavirus
La creciente presión y la gravedad de las cifras –en solo 76 días se registraron las últimas 100 mil muertes– obligaron a Bolsonaro a conformar el miércoles 24 un comité para resolver la crisis por la pandemia, una medida que para los expertos llega un año tarde y no tendrá mayor repercusión.
“Esa medida se tomó solo por la presión política, solo por el espectáculo. Es demasiado tarde (ya estamos colapsados) y la dirigencia ya fracturó la confianza de la población al difundir información errónea en cuentas oficiales, redes sociales, medios de comunicación y demás”, dice Schrarstzhaupt.
LEE TAMBIÉN: Brasil pide auxilio ante escasez de insumos para intubar pacientes de coronavirus en sus desbordados hospitales
Por su parte, Galluci-Neto destaca que el comité de crisis solo podría tener éxito con un grupo de expertos conformado por epidemiólogos, médicos, científicos, pero hasta el momento solo lo integran políticos, por lo que no se espera que represente un gran cambio en el manejo de la pandemia.
El nombramiento del nuevo ministro de Salud, Marcelo Queiroga, en reemplazo del general del Ejército Eduardo Pazuello tampoco genera muchas expectativas.
LEE TAMBIÉN: “Terrible” alza de coronavirus en Brasil también golpea a sus vecinos como el Perú, advierte la OPS
“Creo que no cambiará en nada la situación, porque Queiroga ya dijo, en sus primeros discursos, que no tomará ninguna decisión y, en cambio, seguirá al presidente. También habló de la continuidad del trabajo de Pazuello, por lo que creo que solo está porque es médico, y presidente de la sociedad brasileña de cardiología, por lo que puede tener más prestigio en la clase médica”, considera Schrarstzhaupt.
Joao Alho teme que, con un médico como ministro, Bolsonaro pueda decir ahora que tiene un respaldo profesional que sustenta sus opiniones, lo que puede ser peor para el comando de la pandemia en Brasil. “De todas formas es muy temprano para saberlo, Queiroga es un médico renombrado, hay que esperar a ver qué pasa”, apunta.
Preocupación por la región
Otro aspecto preocupante del vertiginoso avance de la pandemia en Brasil es la propagación en la región de la variante P1, mucho más contagiosa, detectada en ese país. Los expertos coinciden en que esto puede volverse un gran problema para los países de Sudamérica.
“Esto, por supuesto, afecta a los países vecinos que no pueden controlar el 100% de sus fronteras, porque pueden tener nuevas oleadas de una nueva variante, e incluso esa variante puede mutar en otra. Es importante que los países vecinos ayuden a alertar del peligro que supone que Brasil propague sin control cada vez más este virus mortal”, advierte Schrarstzhaupt.
LEE TAMBIÉN: Variante brasileña es la mayor causa de COVID-19 en Lima: ¿qué sabe la ciencia sobre ella?
Joao Alho señala que la comunidad científica brasileña tiene una gran preocupación por nuestro continente, pues “sabemos que nuestra variante y la forma en la que controlamos la pandemia puede arrastrase al continente y podrían haber muchas muertes como ha ocurrido acá”.
Señala que la preocupación radica en que varios países de la región tienen sistemas de salud frágiles. “También podría tener un impacto económico porque el intercambio comercial es grande y puede verse afectado. Si Brasil no cambia la dirección de la pandemia, los gobiernos vecinos podrán imponer restricciones en otras cosas. El control de la pandemia en Brasil es necesario para que el desenvolvimiento de toda Latinoamérica no se vea comprometido”, agrega.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- ¿Qué hay detrás del exitoso proceso de vacunación contra el coronavirus en Chile que deslumbra al mundo?
- Bolivia: dictan 4 meses de prisión preventiva contra ex presidenta Jeanine Áñez por caso “golpe de Estado”
- Paraguay vuelve atrás con restricciones contra el coronavirus y suspende clases presenciales
- El hospital de Sao Paulo donde no queda ni una cama UCI y que parece un escenario de guerra por el coronavirus
- Sin estrategia ni liderazgo: Por qué Brasil tiene “el peor de los peores escenarios posibles” en la pandemia