En medio de escombros, pedazos de lápidas, basura, panteones que no parecen tumbas y un fuerte olor hediondo surgen restos humanos. El escenario macabro retrata el caos sanitario del cementerio de Vitoria de Santo Antao, en el agreste brasileño y que se agrava con la pandemia del coronavirus.
Las decenas de cadáveres, como constató Efe, están amontonados dentro costales en el fondo del cementerio, al aire libre, tapados con lonas plásticas en condiciones precarias y con algunas partes expuestas que se salen de su envoltura, como quijadas y manos en un cuadro que más parece de una película de horror.
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El problema, que se arrastra por más de ocho años, como relatan los vecinos del cementerio, localizado en la región central de este municipio de 140.000 habitantes, ganó mayores proporciones en los últimos meses con el aumento de muertes en el país por causa de la pandemia de coronavirus.
Vitoria de Santo Antao es uno de los municipios ubicados entre la Zona da Mata, como se conoce un ecosistema de bosques próximo al litoral, y el agreste y semiárido desierto que se extiende por varios estados del nordeste del país, como Pernambuco.
Las personas de las humildes residencias aledañas a la parte trasera del cementerio son cautas al hablar del asunto, pero terminan relatando la grave situación para hacer eco en la prensa, que se ha movilizado hasta el lugar a partir de denuncias anónimas a través de vídeos que tomaron fuerza el miércoles en redes sociales.
“Aquí viven muchos niños, personas ancianas y personas en riesgo de contraer enfermedades. El olor con el calor se hace tan intenso que toca salir de las casas. Cuando llueve, como en estos días, mejora el ambiente. Pero es un trato inhumano para vivos y muertos”, dijo a Efe María dos Prazeres, una pensionada de 65 años.
SOLUCIONES
La nueva Administración municipal, que asumió el mandato en enero pasado, emitió un comunicado en el que admite que la gestión antecesora practicaba un “descarte ilegal y sin respeto a los huesos de las personas”.
“Es bueno aclarar que en el lugar no hay cuerpos en descomposición, son osarios que están allí desde el año pasado”, resaltó la Alcaldía, que indicó que se iniciaron los trabajos de remoción de los restos para dos cementerios de la zona rural.
La Alcaldía reconoció también que con el aumento de muertes en la ciudad, el cementerio está “superpoblado” y por eso está en trámite en el Concejo Municipal un proyecto de ley para la construcción de dos nuevos campos santos y un crematorio.
“La situación tiene que tener una respuesta inmediata. Creo que con esta movilización de los medios, las autoridades municipales van a actuar rápido. Nuestra ciudad está entre las mayores diez de la región y se destaca por el comercio, la industria y la agropecuaria”, apuntó el comerciante José das Dores.
Brasil es el segundo país en número de muertes y contagios por la covid-19, con casi 285.000 fallecimientos y 11,7 millones de casos confirmados en un poco más de un año de la pandemia y con sus picos diarios más altos en los últimos días.
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