La Paz. El líder opositor boliviano Luis Fernando Camacho anunció este martes que volverá el miércoles a La Paz, y todas las veces que sea necesario, para entregarle al presidente Evo Morales una carta de renuncia para que la firme, al regresar a su bastión de Santa Cruz (este) tras fracasar en su primer intento.
“El día de mañana (miércoles), a las dos y media de la tarde (18:30 GMT), retorno a la ciudad de La Paz y así será todos los días, hasta que yo llegue a entrar a palacio de gobierno” a entregarle a Morales la carta de dimisión para que la firme, dijo Camacho a su llegada a Santa Cruz, la ciudad más rica de Bolivia y bastión opositor.
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La frustrada visita de Camacho a La Paz este martes fue la acción más desafiante de la oposición boliviana para conseguir la renuncia del presidente izquierdista indígena, a quien acusan de cometer un “fraude” en las elecciones del 20 de octubre.
Tras proclamar desafiante el lunes en la noche en un mitin en Santa Cruz que le entregaría personalmente a Morales la carta de dimisión para que la firmara, Camacho llegó al aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz, pero fue impedido de salir de la terminal, copada por enfurecidos manifestantes oficialistas, algunos provistos de palos.
En la mañana del martes -según dijo- fue obligado por policías y militares a abordar una avioneta de la Fuerza Aérea para retornar a su ciudad (distante a 900 km de La Paz).
Si el miércoles le impiden llegar al despacho de Morales, dijo que volverá a repetir su intento una y otra vez hasta conseguir su cometido.
Morales, en el poder desde 2006, fue elegido para un cuarto mandato consecutivo el 20 de octubre, pero la oposición exige su dimisión, la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones sin que él sea candidato nuevamente.
Desde que comenzaron las protestas, al día siguiente de la votación, se han registrado dos muertos y unos 140 heridos, según la Defensoría del Pueblo.
Camacho, un abogado de 40 años, es el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz (derecha) y se ha convertido en el rostro más visible de la oposición boliviana después de los comicios, aunque no fue candidato a la presidencia, opacando al expresidente centrista Carlos Mesa (2003-2005), segundo en la votación.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, había pedido este martes en Twitter a las “autoridades de Bolivia que se asegure libertad de movimiento y circulación de @LuisFerCamachoV”. El organismo continental realiza desde la semana pasada una auditoría del proceso electoral boliviano.
Morales no ha comentado públicamente las acciones de Camacho, pero viene llamando a sus seguidores a defender su reelección y ha denunciado planes golpistas de la oposición.
- Denuncia en la OEA -
En Washington, el canciller boliviano, Diego Pary, denunció el lunes “un golpe de Estado en camino” en una sesión extraordinaria de la OEA por la crisis boliviana.
Pary citó como evidencia “la agresión selectiva de la ciudadanía y a las fuerzas de seguridad”, así como “el llamamiento a levantarse” a las Fuerzas Armadas y la Policía, y “la conminatoria bajo amenaza al presidente Morales de dejar el gobierno en 48 horas” de Camacho.
Camacho había lanzado el sábado un ultimátum de 48 horas al presidente para renunciar y llamó a las Fuerzas Armadas a intervenir en la crisis política desatada tras las cuestionadas elecciones.
El plazo se cumplió el lunes en la noche sin ningún efecto en Morales, quien ha dicho que el llamado a los militares significa que la oposición quiere “muertos”.
Las Fuerzas Armadas se han mantenido al margen del conflicto político, que entró en su tercera semana de protestas contra Morales.
Camacho también convocó el lunes a sus partidarios a que “paralicen” todas las oficinas estatales en Santa Cruz. Poco después, piquetes de opositores ocuparon las sedes del poder judicial y la fiscalía en esa ciudad, según medios locales.
- Pedido de auditores electorales -
Por su parte, la misión de la OEA que audita las elecciones en Bolivia pidió el lunes a los bolivianos que le entreguen la “información y documentación” que posean sobre los comicios.
“El equipo técnico (...) abre canales para recibir información y documentación relativa a las elecciones”, dijo la misión en un comunicado, aunque no mencionó la posibilidad de que se haya extraviado material electoral (actas de mesas o papeletas de votación).
Al día siguiente de los comicios fueron quemadas cinco oficinas electorales regionales por manifestantes que denunciaban un “fraude” en favor de Morales.
La oposición boliviana sostiene que la auditoría de la OEA es “una maniobra distraccionista para mantener a Morales en el poder” y recuerdan que el mandatario desconoció un referendo celebrado en 2016 en el que los bolivianos rechazaron la reelección indefinida. Un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.
Fuente: AFP