La solicitud formal del gobierno de Iraq a Estados Unidos para que lance ataques aéreos con el objetivo de detener el avance de los militantes del Estado Islámico de Iraq y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) agrega aún más presión al presidente de EE.UU., Barack Obama, para que actúe.
Esta no es la primera vez que los iraquíes piden ayuda y hasta ahora Washington se ha mostrado renuente a cualquier compromiso.
Las fuerzas iraquíes han recibido armamento adicional. Además, soldados e infantes de marina estadounidenses han sido enviados para reforzar la custodia de la embajada de EE.UU. en la capital iraquí, Bagdad.
Paralelamente, Obama inició los preparativos para llevar a cabo operaciones aéreas de ser necesario.
Un portaaviones estadounidense –el USS George HW Bush- ya se encuentra en alerta en el Golfo, acompañado por otros buques de guerra como el USS Philippines Sea y el destructor USS Truxton, ambos capaces de lanzar misiles de crucero contra objetivos en tierra.
La capacidad aérea de EE.UU. puede ser reforzada por otros aviones de combate y de apoyo –como los aviones cisterna- que ya se encuentran en la región.
Además de estos preparativos visibles, los estadounidenses también tratan de esbozar una imagen clara de lo que ocurre en el terreno, de acuerdo a datos de inteligencia.
Sin embargo, una posible intervención aérea plantea todo tipo de problemas:
DAR EN EL BLANCO
En caso de que las fuerzas de ISIS avancen rápidamente hacia Bagdad, la acción aérea estadounidense será más probable.
ISIS es un grupo que se mueve con agillidad, a bordo de vehículos ligeros y veloces.
En algunas circunstancias, distinguirlos de los civiles que se desplazan de un lugar a otro será difícil. ¿Colocará EE.UU. equipos de fuerzas especiales en el terreno para que trabajen con el ejército iraquí y ayuden a señalar e identificar objetivos?
¿CUÁN AMPLIO DEBE SER EL ATAQUE?
Según se lee en sus propios documentos, ISIS es un grupo especialmente bien organizado con una estructura clara. ¿Cuánto saben sobre ellos los estadounidenses? ¿Buscarán atacar a sus líderes, quizá con el uso de aviones no tripulados o drones?
Geográficamente, ¿se limitarían los ataques al territorio iraquí o se le permitiría al Pentágono atacar objetivos vinculados con ISIS en Siria? De alguna manera, ISIS convirtió en irrelevante la frontera entre ambos países.
¿QUÉ CON EL CONTEXTO POLÍTICO?
En Washington se considera al primer ministro de Iraq, Nuri al Maliki -de orientación chiita- como el autor de sus propias desgracias por haber adoptado un enfoque de gobierno corrupto y sectario.
Estados Unidos quiere un modelo político más incluyente en Iraq. Algunos sunitas -es verdad- apoyan al gobierno. Pero el avance de ISIS refleja un malestar mayor en el país y el éxito de los militantes depende de su capacidad para apelar al sentido de agravio que tiene la población sunita.
En ese sentido, una ofensiva aérea de Estados Unidos que se interpreta como un espaldarazo a Maliki difícilmente será bien aceptada.
Por todas estas razones, la tendencia de Obama puede ser la de contener el fuego.
Si Maliki es capaz de detener la arremetida de ISIS sin la intervención de la fuerza aérea estadounidense, mucho mejor.
Pero si el ejército iraquí falla a la hora de estabilizar la situación, y salvo que ISIS se desborde, entones la Casa Blanca se puede ver forzada a poner en acción los aviones de guerra de EE.UU.