Un combatiente antigubernamental hace un gesto desde el interior de un vehículo que patrulla las calles de Hama después de que capturaron la ciudad central siria, el 6 de diciembre de 2024. (Foto de OMAR HAJ KADOUR / AFP)
Un combatiente antigubernamental hace un gesto desde el interior de un vehículo que patrulla las calles de Hama después de que capturaron la ciudad central siria, el 6 de diciembre de 2024. (Foto de OMAR HAJ KADOUR / AFP)
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Agencia AFP

El jefe de los rebeldes en declaró este viernes que su objetivo es “derrocar al régimen” de , después de que sus combatientes se apoderaran de ciudades clave en una ofensiva fulgurante que Turquía afirmó apoyar.

En menos de una semana, el avance de los insurgentes asestó un duro revés al gobierno del presidente Asad, que intenta frenarlo. Los rebeldes se encuentran a las puertas de Homs, a 150 km de la capital, Damasco.

Los combatientes antigubernamentales desfilan por las calles de Hama después de que las fuerzas capturaron la ciudad central, el 6 de diciembre de 2024.(Foto de Bakr AL KASSEM / AFP)
Los combatientes antigubernamentales desfilan por las calles de Hama después de que las fuerzas capturaron la ciudad central, el 6 de diciembre de 2024.(Foto de Bakr AL KASSEM / AFP)
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Estos enfrentamientos son los primeros de esta magnitud desde 2020 en un país devastado por una guerra civil que desde su inicio en 2011 dejó medio millón de muertos.

El país está dividido en varias zonas de influencia, donde los beligerantes cuentan con el apoyo de diversas potencias extranjeras.

Frente a la ofensiva lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib, bastión de los rebeldes, en el noroeste de Siria, las fuerzas de Asad se retiraron rápidamente en algunos casos y en otros libraron combates esporádicos.

Esta fotografía aérea muestra un retrato acribillado a balazos del presidente sirio Bashar al-Assad que adorna el edificio municipal de Hama después de que fuera profanado tras la captura de la ciudad por combatientes antigubernamentales, el 6 de diciembre de 2024. (Foto de Omar HAJ KADOUR / AFP)
Esta fotografía aérea muestra un retrato acribillado a balazos del presidente sirio Bashar al-Assad que adorna el edificio municipal de Hama después de que fuera profanado tras la captura de la ciudad por combatientes antigubernamentales, el 6 de diciembre de 2024. (Foto de Omar HAJ KADOUR / AFP)
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Homs es la última gran ciudad que se encuentra en el eje que conduce a Damasco. Después de haber conquistado Alepo y Hama, si los rebeldes toman Homs, solo quedarían la capital y la costa mediterránea bajo el gobierno de Asad.

“Cuando hablamos de objetivos, la finalidad de la revolución sigue siendo derrocar a este régimen”, declaró Abu Mohamed al Jolani, jefe del grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), que encabezó la ofensiva.

“Tenemos derecho a usar todos los medios disponibles para alcanzar esta meta”, agregó, en una entrevista con CNN divulgada el viernes.

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Una “amenaza” para la región

Rusia, principal aliado del gobierno sirio, instó a sus ciudadanos a salir de ese país.

la intervención rusa en 2015 ayudó a las tropas gubernamentales a recuperar gran parte del territorio perdido desde el inicio de la guerra civil.

El canciller iraní, Abás Araqchi, cuyo país también apoya al régimen de Asad, advirtió que la ofensiva rebelde “constituye una amenaza para todos los países vecinos y para el conjunto de la región”.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó en cambio su apoyo a los rebeldes.

Idlib, Hama, Homs y por supuesto, el objetivo: Damasco. El avance de los opositores continúa. Deseamos que este avance prosiga sin incidentes”, sostuvo.

En Hama, periodistas de AFP observaron a personas arrancar y remolcar con un vehículo la cabeza de una estatua de Hafez al Asad, padre y predecesor del actual mandatario.

El difunto dirigente ordenó la masacre ocurrida en esa ciudad en 1982, durante la represión de una insurrección de los Hermanos Musulmanes.

En Homs, decenas de miles de habitantes, en su mayoría de la comunidad alauita, a la que pertenece Asad, huyeron hacia la costa, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé radicada en el Reino Unido que tiene una extensa red de informadores en Siria.

“El miedo cubre la ciudad”, afirmó por teléfono a AFP Haidar, un habitante de un barrio alauita de Homs, añadiendoque trata de huir lo antes posible a Tartús, en la costa.

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Más de 800 muertos

El OSDH indicó que las tropas gubernamentales sirias se habían retirado de Homs, pero el ministerio sirio de Defensa lo negó.

Asimismo, el OSDH afirmó que los rebeldes “entraron en las ciudades de Rastan y Talbiseh”, en la provincia de Homs, ante la ausencia total de las fuerzas del régimen.

Según esta oenegé, el control de Homs permitiría a los rebeldes “cortar la carretera principal que conduce a la costa siria”, bastión de la minoría alauita.

El ejército sirio afirmó que bombardeó “vehículos y concentraciones terroristas” en la provincia de Hama y que había enviado refuerzos a Homs.

Desde el 27 de noviembre, las hostilidades dejaron 826 muertos, entre ellos 111 civiles, según el OSDH.

La ONU, por su parte, ha reportado 280.000 desplazados.

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Una “nueva realidad”

En el frente este, las fuerzas kurdas, que ya controlaban gran parte del noreste de Siria, indicaron que se están desplegando en zonas de las que se habían retirado las tropas gubernamentales.

Para proteger a nuestro pueblo, nuestros combatientes del Consejo Militar de Deir Ezzor se desplegaron en la ciudad de Deir Ezzor y al oeste del río Éufrates”, indicó en un comunicado ese organismo de mayoría árabe afiliado a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dirigidas por los rebeldes kurdos.

El jefe de la FDS, Mazlum Abdi, declaró que está abierto a dialogar con los rebeldes islamistas y también con Turquía, que considera a su organización como un grupo “terrorista”.

Queremos una desescalada con Hayat Tahrir al Sham (HTS) y otras partes”, considerando que el rápido avance de los rebeldes comporta “una nueva realidad política y militar” en Siria, añadió.

En el sur del país, las fuerzas sirias abandonaron varias posiciones en la provincia de Derá, cuna de la revuelta contra Asad, y rebeldes locales se apoderaron de edificios administrativos, según el OSDH.

Grupos armados también tomaron un puesto fronterizo con Jordania poco después de que el reino lo cerrara, según la misma fuente.

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