
No queremos morir es tendencia en las últimas horas, y a este hashtag le agregaría un “más” o mejor aún #noqueríamosmorir porque hoy también escribo por quienes ya no están y lamentablemente ya no tienen la oportunidad de hacer ningún pedido, pero sí sus familias, que en medio del desgarro de sus pérdidas, emprenden el doloroso camino en búsqueda de justicia en un país cínico y oportunista.
Y sobre esto último, evidencia hay de sobra. Sobre todo, en las últimas semanas, donde había que mendigar votos para ingresar una moción de censura contra el ministro del Interior. Y esto no se puede olvidar, porque la delincuencia tiene a favor el tiempo. Tiempo que los señores congresistas pierden en nimiedades o ¿nadie se entera que cada una hora se mata a un peruano? Ahora mismo, hay políticos que ya se preparan para abarrotar sus redes sociales con este hashtag en la antesala de la marcha convocada por Armonía10 a la que se siguen sumando diferentes artistas y agrupaciones, y que hace mucho tienen la obligación de hacer las cosas bien, con responsabilidad, garantizando la vida de todos nosotros los peruanos pero que antepusieron sus intereses y alianzas de supervivencia.
La muerte de Paul Flores no ha marcado un después en esta gestión, perdón por tanta sinceridad. Lo único que ha hecho, nuevamente, es desnudar a un Gobierno que funciona reactivamente, que no tiene autocrítica y al que hay que declarar en emergencia por ineficiente e insistente en medidas absurdas, populistas y de larga data.
Sin embargo, lo que su partida está logrando es movilizarnos y recojo lo que ayer dijo Christian Yaipén: “no se trata de la cumbia, se trata de todo el país”.
Sino revisemos los números, mientras escribo han asesinado a 14 peruanos más en casi 24 horas. En paralelo, la fiscalía allana nuevamente al ministro del Interior que abordado por la prensa hace gala de su malcriadez porque no soporta que cuestionen su falta de estrategia menos su permanencia en el cargo. Comienza el conteo regresivo para comprobar de qué lado estará el Congreso con la moción de censura, ya sabemos que todo puede pasar sobre todo porque el ministro logró convencerlos de ir hoy al pleno a exponer “sus planes de acción”. Una artimaña más del ministro.
Pero no nos distraigamos ni permitamos que esta convocatoria a movilizarnos tenga otro tinte que no sea solo el humanamente empático para entender que podemos ser Paul Flores, Thalía Manrique, el bodeguero del barrio, el pequeño emprendedor o cualquiera de los más de 400 muertos (según Sinadef) por la ola criminal.
Claramente este es un llamado porque #noqueremosmorir en el intento…