A raíz de la conmemoración del bicentenario de la batalla de Junín han aparecido escritos sobre esta efeméride con narrativas diferentes. Los historiadores están de acuerdo en que el ejército libertador estaba en retirada perseguido por la “invencible” caballería realista y que la intervención de “Los Húsares del Perú” al mando del coronel Isidoro Suárez se encontraba cubierta por los desniveles del terreno y vieron pasar a perseguidos y perseguidores. Estos últimos quedaron expuestos en su retaguardia y Suárez decide atacar, sorprendiéndolos, convirtiendo una derrota en un triunfo aplastante. El ejército realista huyó “en forma vergonzosa” como lo calificó el general Canterac. Los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre la actuación de Andrés Rázuri ayudante de Suárez.
M. F. Paz Soldán escribió que “es tradición que Rázuri le dijo a Suárez “mi coronel es el momento de aprovechar: carguemos por retaguardia y los derrotamos”. Sebastián Lorente dijo: “el intrépido Suárez de propia inspiración dio la orden de atacar y lo de Rázuri es una tradición no comprobada”. El parte de la batalla firmado por el mariscal Santa Cruz no menciona el hecho, Nemesio Vargas, José A. de Izcue y las memorias del general Miller, tampoco.
Lo cierto es que los testimonios que han aparecido de Miller y La Mar respecto de Rázuri y su “desobediencia” no tienen una fuente válida.
El único texto que encontramos sobre la actuación de Rázuri es una carta que su sobrino, el millonario comerciante José Sevilla Escajadillo, le escribe el 2/2/1878. Donde narra a su tío lo que supuestamente él mismo le contó sobre su intervención como ayudante de Suárez a quien le dice que ataque por la retaguardia a los realistas cambiando una orden recibida. Rázuri solo contesta “todo lo que dice en su carta es cierto”. Sevilla legaliza la firma de su tío que tenía 88 años y que solicitaba discreción, sin embargo, decide publicarla. Esta es la única fuente cierta de la supuesta actuación de Rázuri, una carta con firma legalizada notarialmente. Siendo aún más extraño que tío, sobrino y notario se encontraban en Lima en ese momento y no quedaban vivo ningún oficial que podría corroborar el hecho.
Nadie duda del patriotismo de Rázuri quien ayudó a la formación y reclutamiento de los “Húsares del Perú”, artífices de esta victoria donde Bolívar decide llamarlos “Húsares de Junín”.
Escribir sobre historia requiere de una metodología seria basada en fuentes válidas y escritas sin temor, ni rencores para evitar desviarnos en el camino a la verdad. Cuidemos nuestra historia que es la madre de nuestra cultura y testigo de un tiempo pasado que confirma nuestro presente y nos conduce a nuestro porvenir.
En Junín cayeron entre muertos y heridos más de 400 soldados. La victoria que Bolívar reconoció a la división peruana no podemos reducirla solo a un héroe, lo fueron todos los caídos por la patria y la libertad.