Este 2024 conmemoramos 50 años desde que se estableció el Programa Ampliado de Inmunización para proteger a la infancia global de seis enfermedades: difteria, tos ferina, tétano, poliomielitis, tuberculosis y sarampión. Desde entonces, la vacunación ha permitido a nuestra generación y a la de nuestras hijas e hijos sortear con mayor éxito las enfermedades que para nuestros padres y abuelos fueron mortales o dejaron secuelas.
El Perú ha logrado incorporar 18 vacunas a su esquema de inmunización, convirtiéndolo en uno de los más generosos de Latinoamérica. Sin embargo, el peligro se superará cuando cada una de estas vacunas –como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS)– haya alcanzado al 95% de entre la población infantil.
Nuestro informe “Estado Mundial de la Infancia 2023″ alertaba que entre el 2019 y el 2021, 67 millones de niños y niñas en el mundo no recibieron las vacunas necesarias. En América Latina y el Caribe esta cifra alcanzó los 6,8 millones. El Perú, a pesar de su excelente esquema, no escapa a la baja cobertura. La caída, especialmente en vacunas contra la polio y el sarampión, evidencian este retroceso.
La inmunización es una de las medidas más eficaces y costo-efectivas en salud pública.
Desde Unicef hacemos un llamado a los decisores políticos a incrementar el presupuesto asignado y avanzar hacia un nivel de cobertura que permita a toda la niñez crecer libres de la amenaza de estas enfermedades.
El derecho a la salud de la infancia, que en gran medida se garantiza con la vacunación, le exige al país superar las dificultades que están limitando la cobertura. Una de ellas es el acceso a zonas remotas como las de Puno, Huancavelica y Loreto donde, hasta julio del 2024, las coberturas de la primera dosis de la vacuna contra el sarampión y de la tercera dosis de poliomielitis están por debajo del 40%.
Otro de los desafíos es sensibilizar a las madres y padres de familias más jóvenes que, al no haber sido testigos de las secuelas de estas enfermedades y estar muy expuestos a la desinformación que circula, miran con desconfianza la inmunización. Por ello, desde Unicef y en alianza con el Ministerio de Salud lanzamos “Las vacunas salvan vidas”, una campaña que llegará a miles de hogares peruanos en castellano y lenguas originarias como quechua, shipibo y awajún.
¿Qué otras acciones se pueden implementar para mejorar esta cobertura? Llevar brigadas de vacunación a los lugares más lejanos, dotar de cadenas de frío a todos los establecimientos de salud y capacitar a los operadores de servicio para que brinden una atención de calidad y con calidez. Desde Unicef apoyamos esos procesos y en las embarcaciones La Sanadora I y La Sanadora II llevamos las vacunas hasta el hombro de los niños y niñas que viven en las riberas de los ríos Marañón, Morona y Pastaza en el Datem, Loreto. Porque, donde hay un bebe carente de inmunización, allí tiene que estar Unicef.
Igual de clave es la decisión política. La infancia peruana necesita que se asuma la inmunización como una prioridad. Las mancomunidades regionales están llamadas a cumplir un rol decisivo en esa tarea. Actualmente son solo 14 las regiones que tienen priorizada la vacunación infantil. Apuntemos a que todas la asuman con indicadores claros y que la ciudadanía, los medios y la sociedad civil organizada vigilen su cumplimiento.
No perdamos de vista que actualmente en el Perú hay 43 mil bebes menores de un año que son cero dosis; es decir, que no han recibido ninguna vacuna. Igualmente, prestemos atención a las poblaciones urbanas que, aunque tienen más acceso a los servicios de salud, están todavía muy lejos de alcanzar el 95% de cobertura.
En las próximas semanas se iniciará el barrido nacional de vacunación contra el sarampión en todo el país y el barrido contra la polio en 12 regiones. Padres, madres, docentes, autoridades, medios de comunicación, sector privado, organizaciones religiosas y la cooperación internacional tenemos el deber ético de contribuir a que esta iniciativa estatal alcance el éxito. Si nuestros hijos e hijas crecen bien, el país también.
Las vacunas salvan vidas. Para cada infancia, vacunación.