Imagínese desplazarse por Facebook con todas las imágenes oscurecidas. Puedes leer los chistes de tus amigos y sus comentarios en los enlaces que comparten. Pero ¿fotos de vacaciones? ¿Memes? ¿Un video de la fiesta de aniversario de un viejo amigo de la escuela? Todos estos elementos visuales están ocultos a la vista.
Durante años, esa fue mi experiencia en Facebook, y sigue siendo así para mí en otras plataformas de redes sociales e Internet en general. Ya ves, estoy ciega. Confío en un lector de pantalla para usar mi computadora. Dado que un lector de pantalla reconoce solo palabras y números, las fotografías, diagramas y otras imágenes a menudo son inaccesibles.
Hace tres años, mi vida en Facebook se transformó. Ahora, mi lector de pantalla me dice que estoy “mirando” una fotografía de mi hermana parada en una playa en Hawái, o que mis hijos están juntos en su café favorito. Este cambio se produjo gracias a una tecnología que generalmente recibe atención negativa en la prensa: reconocimiento facial.
Quería explorar Facebook desde sus primeros días, como todos los demás. Pero sin las herramientas de accesibilidad, podía entender muy poco del contenido publicado por otros usuarios. Afortunadamente, conocía a Elliot Schrage, entonces vicepresidente de Comunicaciones y Políticas Públicas de Facebook. Elliot acordó reunirse conmigo y le conté todo sobre lo que es ser un usuario ciego de Facebook y cómo la plataforma podría hacer un mejor trabajo al incluir a las personas con discapacidad. Me aseguró que Facebook estaba trabajando en ello.
Y así fue. En julio del 2011, Facebook estableció un equipo de accesibilidad. No obstante, el acceso durante esos primeros años siguió siendo muy limitado. Solo podía escuchar que mi suministro de noticias contenía fotos. No había forma de que entendiera de qué se trataban las fotos.
En el 2016, Facebook introdujo la tecnología de texto alternativo automático para ayudar a identificar objetos. Esta característica utiliza inteligencia artificial para detectar esquemas estándar de objetos comunes y luego dice su etiqueta genérica. Este tipo de descripción me permitió adivinar de qué se trataba la imagen, pero aun así me excluyó en gran medida de comprender su contenido y contexto.
Luego, un gran avance: Facebook introdujo el reconocimiento facial para las fotos en enero del 2017. Esta característica identifica a muchos de los sujetos en las fotografías y les permite a los usuarios optar por participar o no por razones de privacidad. Ahora, en lugar de adivinar quién es el sujeto de una imagen, escucho los nombres de mis seres queridos.
Si bien los usuarios videntes pueden dar por sentados estos detalles, esta tecnología me permite comprender tanto el contexto como el contenido, los matices de las caras sonrientes y el brillo de los coloridos atardeceres, aunque en realidad no puedo verlos.
Desafortunadamente, Facebook es la única plataforma importante de redes sociales que adopta el reconocimiento facial para fines de accesibilidad. Otros sitios de redes sociales usan tecnología automática de texto alternativo. Pero no es suficiente.
Si Facebook puede hacerlo, también pueden hacerlo otros sitios. Internet se basa en fotografías e imágenes para todo. Internet debe ser totalmente accesible para todos.
Dicho esto, no apruebo el despliegue incontrolado de la tecnología de reconocimiento facial. Entiendo y apoyo a las comunidades que presionan para limitar el uso del reconocimiento facial por parte del Gobierno, incluidas las agencias de inmigración y de aplicación de la ley.
Se debe exigir a las empresas que permitan a las personas optar por no usar su rostro en el reconocimiento facial. Debe haber protocolos estrictos para crear bancos de datos de reconocimiento facial que eviten que las empresas tengan fines inapropiados, ilegales o intrusivos.
Extender el uso del reconocimiento facial en línea mientras se desarrollan reglas sensatas requerirá un esfuerzo, pero valdrá la pena. Quiero experimentar Internet como todos los demás, y también lo quieren millones de personas con ceguera y baja visión. Trabajar en un marco que respete tanto la promesa de esta tecnología como la importancia de los derechos de privacidad creará un Internet que sea inclusivo, productivo y bueno para todos.
–Glosado y editado–
© The New York Times