Han pasado más de 25 años desde que fuimos testigos de cómo un oscuro asesor en la sombra –entre otros muchos delitos– traficó con influencias en el aparato judicial y se jactó de chantajear a más de una autoridad.
Años después, asistimos a la irrupción de un personaje que ha hecho del negocio de las influencias su modo de vida. Andrés Hurtado, Chibolín, se hizo conocido por travestirse para hacer comedia televisiva y, tras esto, dio el salto a la asesoría política, pasando por no pocos escándalos, como su relación con el condenado por narcotráfico Demetrio Chávez Peñaherrera, ‘Vaticano’. En los 90, el caso de ‘Vaticano’ salió a la luz cuando mencionó al entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos. Según su versión, le pagaba US$50.000 mensuales a Montesinos para que lo dejara realizar sus actividades ilícitas con tranquilidad.
Es entonces cuando la figura de Chibolín se mudó de las pantallas a los juzgados y debió dar cuenta de sus viajes a Campanilla con figuras de la farándula para eventos de ‘Vaticano’. Años después, se ha conocido que Hurtado es el representante legal y apoderado de ‘Vaticano’.
En la actualidad, la fiscalía le ha abierto a Hurtado dos investigaciones: una por tráfico de influencias y otra por lavado de activos. Por esta última se iniciaron diligencias que incluyen información comercial, financiera, bancaria y tributaria en el período que va de enero del 2019 hasta agosto del 2024. También se solicita a la Sunarp las partidas de los bienes inmuebles, registro de accionistas, mandato y poderes.
A Hurtado, además, se le investiga por supuestamente haber pedido una coima de un millón de dólares para liberar una carga de oro ilegal. En este presunto tráfico de influencias está comprometida la fiscal de lavado de activos, Elizabeth Peralta, y los empresarios mineros Javier Miu Lei e Iván Siucho Neyra.
Peralta no es la única magistrada que habría recibido favores, como viajes o arreglos dentales; también estaría la jueza anticorrupción Paola Valdivia, de quien se dice que Hurtado costeó la remodelación de su departamento.
Chibolín ha sabido ubicarse al lado de políticos y algunos candidatos que desfilaron por su programa “Sábado con Andrés”. Incluso en la campaña presidencial del 2021 se proclamó asesor del candidato Hernando de Soto y se le vio con él en viajes al interior del país.
Lo más reciente que se ha conocido de Hurtado es que habría recibido pagos de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) durante el gobierno de Pedro Castillo. El entonces director de la DINI, José Luis Fernández, también tuvo apariciones en el espacio televisivo de Hurtado y es mencionado durante la entrega de un cheque a un grupo de niños con cáncer en Palacio de Gobierno.
Este podría ser otro escándalo farandulero, pero involucra a una fiscal de lavado de activos, una jueza, una exsuperintendente de Migraciones, un exdirector de Inteligencia y hasta un condenado por narcotráfico.
Como se ve, la historia de tráfico de influencias bajo la mesa, chantajes y prebendas no nos dejó ninguna lección. No hemos aprendido nada.