Gonzalo Banda

Los canales de ‘’ y podcasts peruanos van a cambiar el ritmo de la discusión pública en la elección del 2026. En la civilización del espectáculo, el combo de farándula-noticias-deportes-política es un empaque irresistible para una generación que encuentra aburridos los contenidos tradicionales de la televisión. En la última elección de los demócratas hicieron lo que el manual decía que debía hacerse. Pero ni los Obama ni Harris pudieron alcanzar la penetración silenciosa de varios canales de ‘streaming’ en YouTube y podcasts donde los republicanos tenían audiencias cautivas enfebrecidas.

El velo de desconfianza que existe sobre los medios de comunicación tradicional es uniforme como lo ha reportado el Reuters Institute a escala mundial o Gallup en los Estados Unidos. Esto ofrece una ventana portentosa a canales alternativos en el Perú como la Roro Network, No Somos TV, La Encerrona, y otros que no han dudado en apostar por estas audiencias a las que hay que mantener entretenidas.

El ‘streaming’ es el circo romano de nuestra época. Es la televisión que el usuario cree controlar. La campaña del 2026 comenzará a calentar en medios alternativos. Treinta mil usuarios han seguido en vivo la transmisión de la última entrevista a en la Roro Network. Como sucedió con Vizcarra también mostró toda su experiencia y desvergüenza. Le terminaron cantando el estribillo de “Mi bebito fiu fiu” y, salvo algunas preguntas sobre las graves denuncias que enfrenta, consiguió esquivar las balas.

El problema de esas entrevistas es que no se está invitando solo a un personaje controvertido. Por más repulsión que se tenga contra el ‘establishment’ político, el y la presidenta, políticos como Vizcarra no pueden abandonar el set sintiéndose que han dominado la escena. Si el único argumento para animar la campaña del 2026 en el ‘streaming’ peruano va a ser castigar al ‘establishment’ político, sin recordar que muchos de los odiadores del ‘establishment’ contemporáneo son personajes tan repulsivos y desangelados como cualquier miembro político tradicional, el ‘streaming’ peruano parirá esperpentos y la campaña será infernal.

El ‘streaming’ peruano tiene una profunda responsabilidad que no acaba solo en hacer preguntas incómodas, porque junto con el crecimiento de sus audiencias son depositarios de todos los espectadores desconfiados que han abandonado la televisión. ¿Qué principios van a respetar para desmarcarse de las falencias de la televisión? ¿Vale todo? recordaba que no salir en televisión era un símbolo de elegancia, pero si hubiera visto YouTube quizá hasta hubiera tenido un canal ahí o en Twitch. Si pensadores tan disímiles como Jordan Peterson y Yuval Noah Harari se han mudado al ‘streaming’ , podemos concluir que las batallas intelectuales y políticas quizá han cambiado de arena.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Gonzalo Banda es Analista político

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