Panamericanos 2027

Cinco meses después del traspaso de las competencias y responsabilidades del Proyecto Especial Legado al Instituto Peruano del Deporte (IPD), las preocupaciones sobre su impacto en la organización de los Juegos Panamericanos Lima 2027 parecen confirmarse, dado que no se conocen avances ni una hoja de ruta clara que garantice el adecuado desarrollo del evento.

Una de las principales razones para elegir a Lima, en reemplazo de Barranquilla, fue que ya disponíamos de una importante infraestructura deportiva construida para los Juegos del 2019, lo que permitía concentrar esfuerzos en la actualización de las sedes y la construcción de edificios complementarios para albergar a las delegaciones. Esto representaba una oportunidad única para capitalizar la inversión anterior y completar los proyectos complementarios que no pudieron ejecutarse por falta de tiempo.

La coyuntura urbana actual es incluso más favorable que la del 2019. Hoy contamos con un Plan Metropolitano al 2040 que orienta el desarrollo de la ciudad y prioriza obras estratégicas. La nueva terminal del aeropuerto internacional Jorge Chávez ya está operativa, y hay proyectos claves en curso que mejorarán la accesibilidad metropolitana, como la Vía Expresa Sur. Además, se ha demostrado que las inversiones realizadas para los Panamericanos del 2019 dinamizaron sus entornos, impulsando negocios, la oferta de vivienda formal y el valor del suelo.

A esto se suma la publicación en abril de este año del nuevo Reglamento de Vivienda de Interés Social, que impulsa dos modalidades de acceso a la vivienda hasta ahora poco desarrolladas por el Ministerio de Vivienda: la vivienda progresiva y la vivienda de alquiler. Sobre esta última, por primera vez en décadas se contempla la posibilidad de desarrollar infraestructura pública para dicha modalidad. Esto es particularmente relevante para la Villa Panamericana, pues permitiría proyectar su futuro uso sin la necesidad de vender las unidades inmobiliarias, generando una oferta relevante en un sector en el que la oferta formal es muy limitada. Cabe destacar que el mercado informal de alquileres ha crecido significativamente en el país, principalmente en Lima Metropolitana, y está directamente relacionado a la autoconstrucción.

Por su parte, la Villa Panamericana cuenta con un plan maestro aprobado en el 2022 que estructura y proyecta su desarrollo sobre las 45 hectáreas del predio, destacándose la creación de un gran parque zonal de 14 hectáreas, equivalente en superficie al Campo de Marte. En las hectáreas restantes se proponen usos residenciales, comerciales y equipamentales que fortalecerían la oferta local, convirtiendo a la villa en la centralidad urbana más importante de Lima sur. Para ello es fundamental que se maneje como un conjunto, y no como proyectos o iniciativas aisladas.

Pero nada de esto será suficiente si no actuamos a tiempo. A la fecha, estamos un año retrasados con relación a la organización de los Panamericanos 2019, y estas injustificadas demoras están consumiendo la ventaja inicial con la que contamos cuando fuimos elegidos nueva sede. Por otro lado, la creciente preocupación por la falta de información acerca de la organización y obras para los Juegos Bolivarianos 2025 hace temer lo peor para los Panamericanos 2027.

Urge que el IPD reaccione ante la urgencia e importancia de los encargos que ha asumido al absorber el Proyecto Especial Legado, y que comunique el cronograma de gestión y ejecución de las acciones para ambos eventos. Asimismo, es importante que, junto con las municipalidades provinciales involucradas, proponga un plan estratégico que multiplique en la ciudad el impacto positivo de las obras previstas para el desarrollo de los juegos.

A diferencia del contexto político de los Panamericanos del 2019, el desarrollo de las elecciones el año que viene no deja margen a las nuevas administraciones para reaccionar y salvar el evento. Es el deber de las actuales autoridades realizar con transparencia, profesionalidad y excelencia las acciones necesarias para que el nombre del Perú, de Lima y del Callao vuelvan a brillar. Esperemos estar aún a tiempo.