Andrés Oppenheimer

La llegada de cuatro buques de guerra rusos a el 12 de junio fue una noticia internacional porque muchos la interpretaron como una respuesta desafiante de Vladimir Putin al aumento de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania. Pero puede haber algo más que eso detrás de la noticia.

Aunque Putin probablemente trató de enviar un mensaje a Washington de que “si tú te metes en mi patio trasero, yo me meto en el tuyo”, también puede haber enviado las naves de guerra como una muestra de apoyo simbólico al régimen cubano en medio de una escalada de protestas callejeras por la peor crisis económica en la historia reciente de la isla.

En los últimos meses, ha habido protestas callejeras por la escasez de alimentos y electricidad en Santiago y varias otras ciudades cubanas. En marzo, por primera vez desde la revolución cubana de 1959, Cuba admitió que había solicitado comida al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, y que había recibido un primer cargamento de leche en polvo para niños.

Curioso por saber cuán seria es la crisis económica de Cuba, llamé a Carmelo Mesa Lago, el exprofesor estrella de la Universidad de Pittsburgh, a quien muchos conocen como “el decano de los economistas cubanos”. Cuando le pregunté cómo están las cosas en la isla, lo resumió en tres palabras: “Peor que nunca”.

La producción de bienes manufactureros ha caído a la mitad de lo que era en 1989, y las exportaciones totales han caído un 61% desde el 2013, me señaló.

Asimismo, a pesar de que, según datos oficiales, la inflación de Cuba fue del 39% anual en el 2022, el último año del que hay cifras oficiales, la tasa de inflación real se acerca al 1.000% anual, estima Mesa Lago. La estimación de inflación del gobierno es poco realista, porque no toma en cuenta las transacciones en divisas extranjeras que realizan muchos cubanos que reciben dólares de sus familiares en el exterior, explicó.

La razón principal detrás de la debacle económica de Cuba es que, a diferencia de otros países comunistas como China y Vietnam, Cuba ha limitado enormemente al sector privado. Cuba tiene que importar azúcar, pollos y varios otros alimentos, porque los agricultores privados no tienen incentivos para producir, me dijo Mesa Lago.

Otra razón por la que la economía de Cuba se está desmoronando es que el régimen ya no cuenta con benefactores extranjeros como lo han sido en su momento la antigua Unión Soviética y Venezuela.

Venezuela enviaba 105.000 barriles de petróleo subsidiado diariamente a Cuba en el 2015, pero esa cifra se ha desplomado a unos 57.000 barriles diarios, dice Mesa Lago.

“Si Cuba no hace cambios económicos fundamentales, no hay manera de que puedan salir del hoyo”, me dijo Mesa Lago. “Al contrario, es probable que las cosas empeoren más”.

Pocos días antes de que los buques de guerra rusos llegaran a La Habana, el régimen cubano anunció que otorgará poderes extraordinarios a sus fuerzas armadas para declarar “zonas de interés militar”.

Según el portal opositor , con sede en Madrid, “la oligarquía cubana sabe que este año, especialmente durante el verano, puede enfrentar explosiones sociales de gran magnitud”. En esas circunstancias está militarizando la institucionalidad de la isla.

No sería raro que, en ese contexto, el régimen cubano haya alentado o aceptado con mayor entusiasmo del habitual el envío de los buques rusos a Cuba, para enviar una señal de fuerza hacia el interior de la isla.

Puede que veamos otro verano de revueltas populares en Cuba, como el del 2021, y que el régimen se esté preparando para ello.


–Glosado y editado–

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Andrés Oppenheimer es periodista